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Fran no se baja del tren de Masterchef: “fresejas” de su “peazo” para “soldarse” el pin de la inmunidad

El tren de Masterchef no se detiene y el conquense Francisco Martínez se ha convertido en una máquina de alta velocidad en el octavo programa de la edición.

La cosa iba de ferrocarriles y el camarero se erigió como una locomotora para guiar el vagón de su participación a la próxima estación. Pese a que reconoció no gustarle las sorpresas, no se dejó paralizar al tener que hacer un menú para servir en las vías. “Yo soy más de más vale malo conocido” decía antes de la prueba, pero una vez supo que estaba en juego el pin de la inmunidad en ella, se mostró motivado con ese tren.

Su “viaje en ferrocarril sin escalas” tenía salmón marinado, carrileras al oporto y un postre de bizcocho con una “miaja de chocolate” y “fresejas”. “En Cuenca se llaman así” bromeó Pepe Rodríguez mientras Fran le explicaba su plato. Pero los frutos salen de la tierra, y el camarero la cultiva con toda su humildad y buen humor. Con su marcado acento conquense, reconoció que en su pueblo tiene “peazos” y allí un huerto. “Estás aquí racaneando y tienes más dinero…” le recriminaba en tono jocoso el chef del Bohío al enterarse de su posesión de tierras. “Nada, son dos hectáreas” le contestó el de Cuenca.

Con todo, su menú fue bien recibido en el vagón del jurado y una vez más los chefs quisieron ficharle para sus restaurantes. Pedraza, Barcelona, Illescas…Tradicional, moderno… Fran opta por “una ciudad pequeñita y recogida” por lo que su fin de trayecto le gusta más en Pedraza que en una Barcelona que “se le va de las manos”.

Finalmente, la línea se fue para la Estación Fernando Zóbel: “Me voy en tren a Cuenca perfectamente” le dijo Pepe Rodríguez tras probar sus platos. Se llevó el ansiado pin de la inmunidad y le pidió al chef de Illescas que “se lo soldara” al delantal. Además se lo dedicó a su hijo y también a su mujer que comprende y apoya su participación en el concurso: “Mi mujer dice que un año de formación y nos vamos de viaje a cualquier sitio”.

No es de dejar pasar las oportunidades el conquense y no es de los que se quedan mirando en la parada: “Fran nos acaba de demostrar cómo hay que coger al vuelo las oportunidades que se nos presentan” reconoció Jordi Cruz.

Doraemon, “Champín”, Fran y su bolsillo mágico

No entiende de vagancia sin embargo el camarero que, pese a tener la inmunidad, se puso al servicio de su equipo en la prueba de exteriores para hacer el trabajo más duro y desmigar y trocear un cordero. No tenía tiempo ni para colocarse las gafas porque su vista solo estaba puesto en ayudar a los suyos y darle caña a la faena.

También le gusta la caña a Jordi Cruz que eligió supervisar al equipo de Fran para exigirle pese a que llevase el pin en el delantal. Se le puso a un lado el catalán, lo miró fijamente a los ojos para lanzarle una oferta con la mirada: “¿Qué tiene Samantha que no tenga yo”. Y es que no puede negar el ocho estrellas Michelín su debilidad por el de Cuenca.

Y es que Fran es un ejemplo de trabajo duro cuya constancia no flaquea pese a tener el objetivo en el bolsillo. Lo quiere hacer todo y, cuando Jodri Cruz pidió una persona calibrada para hacer frente a una de las elaboraciones, él se ofreció voluntario: “Tú no puedes hacerlo todo” le dijo el de Barcelona y el conquense reculó de una labor para volver a ponerse con la que tenía entre manos.

Reclamaba además el trabajo a sus compañeros cuando se bajaba la guardia y, al ver a Jiaping de cháchara, sacó todo su carácter para devolverla a sus funciones. Ella le dijo que una mujer podía estar en dos cosas a la vez cosas y que quizás los hombres no, a lo que él respondió: “No te voy a contestar a esa barbaridad”. Cierto es que a los dos segundos, Jiaping le dio un besito de reconciliación. Mejor dicho, “Champín”, tal y como la llama Fran.

Pero igual que entiende el conquense de trabajo, también lo hace de compañerismo y buen ambiente. Por si podía haber alguna aspereza con su compañera, le pidió que cantara la canción de Doraemon y la tararearon juntos.

Ojalá los sueños de Fran se hagan realidad, pero está claro que su laboriosidad puede hacer que se cumplan todos. De su bolsillo mágico, desde luego, salen cosas muy buenas, aunque el dinero lo suele hacer de forma menos desmedida.

De momento, se ganó ser inmune y contribuyó en gran medida a que todo su equipo continuará junto a él una semana más en las cocinas de Masterchef. También hizo de celestino entre Ofelia y Jose para recordar que habían prometido darse un beso en la boca si ganaban la prueba de exteriores. La misma boca de la que no se fía cuando es la de Pepe Rodríguez. Cuando el chef del Bohío le preguntó si estaba contento por tener el pin, el conquense le contestó: “Viniendo de tu boca, no me creo `ná’, provocando las risas de todos sus compañeros.

Unos compañeros que le adoran y le tienen una estima especial porque, con su carácter afable, se la cosecha.

Fran, Fran, Fran… Tú siempre ganas…

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