Inicio Balonmano Liga ASOBAL El REBI Cuenca sale a sueño inalcanzable por temporada, ¿y ahora qué?

El REBI Cuenca sale a sueño inalcanzable por temporada, ¿y ahora qué?

No hace tanto el REBI Cuenca luchaba por no descender, era el principal objetivo de la temporada, pero el club ha crecido de tal manera que si al cualquiera le dices a día de hoy que los conquenses van a luchar por la salvación, muy pocos se lo creerían.

Cuando en la temporada 2017/18 lograba su primera clasificación europea parecía un sueño, del que muchos decían que era complicado que se volviera a repetir, llegaba justo un año después de quedarse a las puertas de haberlo podido conseguir.

Quizás esa era el primer hito desencriptado tras el ascenso a la máxima categoría del balonmano español. Un año después llegaba el segundo, ya que se metía por primera vez en su historia en una final a ocho de la Copa del Rey, llegando a la finalísima tras eliminar a Bidasoa Irun y Fraikin Granollers por el camino. Conseguía de esta manera su segunda clasificación europea. Ese año acabó jugando la Supercopa en Cuenca ante el Barça, segunda final en muy poco tiempo y la afición conquense que empezaba a saborear los grandes éxitos de los suyos.

Un año más tarde también lograba entrar en la final a ocho de la Copa del Rey, la cual se celebró en Madrid, eliminó en cuartos al Helvetia Anaitasuna, pero no pudo con el Benidorm en semifinales, cayendo en la prórroga con un gol de Pablo Simonet, quien un año más tarde recalaba en el entonces Incarlopsa Cuenca.

Era 2020 y llegaba la pandemia, y con ello la incertidumbre de unos tiempos sin público y sin el factor más importante para el Ciudad Encantada, rozó de nuevo Europa, pero no lo volvió a conseguir hasta la temporada 2021/22 tras una segunda vuelta sobresaliente con 22 puntos sumados. En la primera vuelta le tocó sufrir y estar en la zona de abajo, además, fue eliminado de la Copa del Rey en Burgos. Un lugar por el que les tocaba volver el pasado sábado cuando volvían de Torrelavega, y muchos se acordarían de diciembre de 2021 cuando vieron esa Catedral, para ahora volver a hacerlo en junio de 2023 siendo héroes.

Y es que esta temporada será complicada de olvidar, han conseguido jugar por primera vez jugar Copa Plenitude Asobal, la cuarta clasificación europea y ser segundos. Un hecho que si lo dices a principio de temporada muy pocos se lo creerían, pero es que si lo dices hace unos años te mandarían directamente al manicomio.

Pero es que este Cuenca está muy cuerdo, esperando seguir haciendo historia y deseando que cuando vengan las maldadas la confianza y la tranquilidad se mantenga. Ahora les toca disfrutar de una campaña en la que han hecho 42 puntos, 21 en cada vuelta, y donde han ganado al menos una vez a todos los rivales salvo al campeón Barça y al colista Cisne. Para que se pueda observar lo loco que es a veces es el deporte y cualquiera te puede ganar.

Le toca a Cuenca disfrutar de una joya en bruto como su equipo de balonmano, el cual ha logrado 64 de los últimos 90 en juego y donde todo cambió un febrero de 2022, precisamente con el fichaje de Nacho Pizarro, que terminó de apuntalar a un equipo que le faltaba, quizás, la garra de un ‘pitbull’ que se ha hecho esencial.

Tan esencial como un equipo hermanado bajo la figura de un Lidio Jiménez que siempre se autoproclama culpable cuando la cosa no va bien, pero que busca salir de los focos en los logros. Un equipo de segundas etapas en el club como las de Juanjo, Nacho Moya o Simonet y donde todos hacen bueno al de al lado.

Es mirar atrás y mirar hacia delante y tras el partido del sábado y lo conseguido, una vez más apoyados por la afición conquense con la Furia a la cabeza, es para emocionarse y llorar de emoción y de orgullo de un equipo que ha crecido a los mandos de un entrenador de la casa y con un presidente como Isidoro Gómez, donde no se entiende su vida sin el balonmano, al igual que sería imposible de entender el REBI Cuenca sin Isidoro.

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