Partido trepidante, igualado, loco y emocionante en Los Olivos. Los de Albacete se adelantaron hasta en 2 ocasiones, pero Villalpardo supo levantarse en ambas y consiguió poner fin a una racha de más de una vuelta sin conocer la derrota.
Dos equipos en trayectoria ascendente se daban cita en Villalpardo en un partido que prometía emoción y buen fútbol, ya que ambos tienen una propuesta atrevida de juego. Las expectativas eran altas y, por ende, difíciles de cumplir, pero el partido no defraudaría ni un ápice. Las alternativas en el juego y en el marcador se sucedieron y la afición villalpardeña terminó disfrutando de un partido para el recuerdo.
Los de Al-Basit llegaban con una racha de 20 jornadas sin conocer la derrota, concretamente desde la jornada 8 cuando cayeron por 4-3 en su visita al complicado campo de Alto Júcar. Con la intención de alargar su racha una jornada más, los visitantes arrancaron el partido con una intensidad impropia de cualquier equipo que pisara antes Los Olivos. Los albaceteños dominaban a los amarillos y las ocasiones en el área local se sucedían durante los primeros minutos de juego. Sólo la inspiración de Chanini, que realizó dos grandes paradas, mantenía con vida a los amarillos. Incluso pudo adelantarse Al-Basit si el colegiado hubiese dado por bueno un gol fantasma en el minuto 20, cuando un balón se paseó alrededor de la línea de la portería local. Pareció que el esférico entraba, pero el árbitro no concedió validez al tanto.
Ese era el aviso que iba a preceder al primer gol del partido. En el 27’ Ronaldo controlaba un balón con espacio en el centro del campo y ponía un gran pase al espacio para la carrera de José Carlos Romero. El ex de Mahora se plantó ante Chanini, tras ganar la espalda de Héctor, y cruzó el balón al palo largo para poner el 0-1 en el marcador.
Cómo en ocasiones anteriores, el gol espoleo a los amarillos, que aumentaron la intensidad y empezaron a desafiar a un impresionante Al-Basit, que estaba siendo el equipo que más había acorralado a los amarillos en Los Olivos en lo que va de temporada. Pero los de Marcos Martínez se crecen ante los grandes y, tras el 0-1, se lanzaron en tromba en busca del empate. Comenzaron generando situaciones de peligro a balón parado, la defensa mixta de los albaceteños ofrecía dudas y las ocasiones llegaban en cada jugada de estrategia local. Parecía que el empate se terciaba, ya que los visitantes habían desaparecido en ataque tras tomar ventaja en el marcador y Villalpardo empujaba sin cesar. Y en el 42’ se cumplirían las previsiones, Jonás ponía las tablas en el marcador tras peinar sutilmente un buen centro de Pablo desde 30 metros. El mediapunta tocó lo justo el esférico para despistar al guardameta, que efectuó una mala salida, y consiguió un gol que le daba la vida a los amarillos al filo del descanso.
Tras una vibrante primera parte en la que nadie había logrado cobrar distancia en el marcador aguardaban 45 minutos de infarto en la segunda. El comienzo de la misma tuvo semejante guion que los minutos iniciales del primer acto. Al-Basit estaba más cómodo en el campo y comenzaba a llegar al área local con asiduidad desde el inicio.
Los albaceteños pronto pondrían premio a su buen arranque en la segunda mitad. En el 57’ Marcos Moreno volvía a poner por delante a los suyos tras un buen remate ante el que nada pudo hacer Chanini. El mediapunta estaba siendo el mejor de su equipo, convirtiéndose en un constante quebradero de cabeza para la zaga villalpardeña y ponía el broche de oro a su partidazo con un buen gol.
De nuevo Villalpardo estaba por detrás en el marcador, y de nuevo tocaba reaccionar. Tal y como sucedía en el primer acto, los amarillos, lejos de descomponerse, trataron de empatar cuanto antes el partido, y no tardarían en encontrar su recompensa. En el 68’ Gomi recibía de Jonás, recortaba hacia adentro en la frontal del área y sacaba una impresionante vaselina que se convertía en el 2-2 al pillar al guardameta ligeramente adelantado. Golazo del 9 local que daba moral a los suyos cuando más lo necesitaban, pues el 1-2 había hecho daño a los de Marcos Martínez.
El empate dio lugar a los mejores minutos del encuentro. Los dos equipos se olvidaron de defender y se decidieron a buscar los tres puntos sin ningún temor, pudiendo llegar el gol en cualquier portería. Primero fueron los visitantes los que lo intentaron, pero la inspiración de Chanini evitó que los albaceteños cobraran ventaja hasta en 2 ocasiones. El guardameta sostuvo a su equipo cuando más lo necesitaba y sus delanteros se lo agradecerían de inmediato. En el 77’ Jonás repetía la hazaña del primer tiempo con un gol calcado al que anotara en el 42’. Jorge fue el encargado de poner un buen balón al área y el mediapunta peinó sutilmente ante la fallida salida del portero visitante. Era el 3-2 y Villalpardo acababa de darle la vuelta al marcador tras ir por detrás hasta en 2 ocasiones. Los de Marcos Martínez parecían seguros de no dejar escapar la victoria tras haber trabajado tanto en estos minutos.
Al- Basit se fue con todo al ataque al verse por detrás en el marcador, pero los minutos finales fueron un sinfín de infructuosos balones largos que apenas suponían problemas para la defensa local. El tiempo pasaba rápido y los de Albacete no tendrían lugar a poner en aprietos la meta defendida por Chanini, por lo que los 3 puntos terminarían quedándose en Villalpardo tras un partido muy trabajado de los amarillos.
Para lo que sí hubo tiempo tras el gol fue para la polémica, una trifulca sin males mayores terminó con un expulsado por cada equipo, Jonás en los locales y Cristobal en los visitantes. El árbitro juzgó de manera precoz la acción y sancionó a los primeros en llegar a separar en una acción entre Juanan y el propio Cristobal. Error del colegiado que expulsó al amarillo equivocado, empañando el partidazo de Jonás, al que además castigó alegando agresión al motivo de la expulsión en el acta, por lo que al mediapunta le caerán 3 o 4 partidos de forma injusta
En definitiva, victoria importantísima de Villalpardo, que demuestra su potencial ante los grandes. Un triunfo que sólo quedó empañado por la injusta expulsión de su jugador más en forma.