A estas alturas de la pretemporada, en la que los clubes están todavía ensamblándose y ganando ritmo de competición, es habitual ver encuentros en los que las imprecisiones dominan sobre los aciertos, así como que el esfuerzo y cansancio físico termina por decantar los amistosos. Y precisamente eso es lo que se vivió este miércoles por la tarde en el Obispo Laplana, en el enfrentamiento entre San José Obrero y Conquense Juvenil Nacional.
El partido, que contó con una buena afluencia de público a pesar de coincidir con la final de la Supercopa de Europa, dejó buenas sensaciones en ambos equipos, si bien unos y otros tienen todavía margen de mejora. Y es que rojillos (en este partido de amarillo) y balompédicos (de rojo) jugaron un choque con muchísima intensidad, pero al que le faltaron ocasiones. Puede que las reducidas dimensiones del Obispo Laplana también ayudaran a que se viera un partido con mucho centrocampismo, pero también la falta de acierto en zona de tres cuartos de ambos equipos provocó que los acercamientos acabaran en nada en la gran mayoría de acciones ofensivas.
En la primera parte, los cachorros del Conquense consiguieron irse en ventaja. David Gar aprovechó un pase filtrado para poner el 0-1 en los últimos minutos, justo cuando más posesión estaba teniendo el San José Obrero. Se había defendido con orden el equipo juvenil que dirige Juan Ignacio Lucas, y a la contra también había demostrado tener muchos fundamentos que terminaron fraguándose con el tanto del espigado delantero.
En la segunda parte, el tono físico fue desnivelando poco a poco el partido a favor del San José Obrero, cuyos cambios le sentaron mejor que al equipo juvenil. Nada más arrancar, Tito ponía la igualada después de luchar con fe un balón suelto en el área, mientras que en el ecuador se ponía por delante el San José Obrero tras una buena definición en el mano a mano de Kameni. En la recta final, Fer colocaba el definitivo 3-1.
