Había ganas de presenciar boxeo en Cuenca y la afición correspondió a la Gran Velada de este sábado. En torno a 1.000 personas se sentaron en las gradas para disfrutar de una cita con el cuadrilátero, en una jornada en la que se vivieron 9 combates, incluyendo uno profesional. Cierto es que el plato grande, el combate profesional, no acabó como hubieran querido todos los asistentes ni los intereses conquenses, pero no resta ni un ápice de espectacularidad a lo vivido durante las casi cuatro horas que duró el evento.
El estreno de peleas se lo llevó Íker Chacón, en una contienda llena de nerviosismo ante un pabellón con ganas de vivir el mejor boxeo, aunque se llevó el gato al agua tras aguantar los golpes de su rival.
Después llegó uno de los combates más esperados, con la presencia del conquense Pablo Jiménez. Alentado por el público, supo aguantar los directos de su rival y fue de menos a más para terminar ganando ante su afición por decisión unánime y, de esa manera, resarcirse de la derrota en Albacete en su última pelea.
Posteriormente, el púgil albaceteño Kike García ‘El Patrón’ hizo las delicias del público con un combate muy completo. Le tocó en liza un durísimo rival, pero el albaceteño siempre fue protagonista y su esfuerzo tuvo recompensa para acabar ganando en Cuenca.
Las peleas seguían sucediéndose, algunas de ellas muy vistosas como la victoria de Stephanie Sangou en el único combate femenino y en el que se impuso la del calzón rojo gracias a su agresividad y mayor consistencia a lo largo de los tres asaltos. Un guion de pelea muy parecida a otro de los platos muy esperados por el público conquense, el del joven David García, que disputaba el penúltimo envite de la noche y no le pudo la presión de pelear por primera vez en su casa. Sigue creciendo el fajador conquense tras mostrarse superior a su rival e imponerse a los puntos.

La noche terminaba con el combate profesional entre el púgil conquense Juan Tovar y el gallego Álex Barros. El ‘monarca’, como se presentó al de Cuenca -por cierto, excelente la labor de maestro de ceremonias del Mago Albert-, llegó en excelente estado de forma, pero quizá no supo gestionar del todo las emociones de pelear otra vez en su ciudad y ante los suyos. Tovar salió agresivo, tomando el centro del ring, y buscó a su rival con diferentes combinaciones, sin terminar de engancharle. Y en una de las esquinas, Barros se defendió a la perfección para impactar un croché que descolocó al conquense. El gallego notó enseguida que el golpe había sido fructífero y lanzó una retahíla de golpes que terminaron con el conquense sufriendo contra las cuerdas, hasta que el árbitro decidió parar el combate y dio la victoria por KO técnico a Álex Barros. No se había llegado al minuto de combate y la velada terminaba de manera abrupta.
En cualquier caso, la afición disfrutó del espectáculo y acompañó a los fajadores en cada una de las peleas. No se pudo celebrar pleno conquense, pero lo que puso de manifiesto esta Gran Velada es que el boxeo sigue ganando adeptos en la ciudad.