El conquense Fernando Domínguez fue representante de Cuenca en la categoría de motos. Es un piloto de Palomares del Campo con gran experiencia en los Campeonatos de España de motos Todo Terreno.
Después de correr el 1000 Dunas Raid en 2019 puso la mira en el Dakar y consiguió una muy buena moto como la KTM Rally Réplica, y en las filas del Club Aventura Touareg, se lanzó a las impresionantes y duras dunas saudíes.
Gran debut de Fernando Domínguez en un Dakar cumpliendo su objetivo de terminarlo. El motorista conquense acabó 56º en la general en el año de su estreno. Ahora ya sabe lo que es un Dakar y ha logrado verlo de principio a fin por lo que puede estar satisfecho.
Debut en el Dakar y consigues acabarlo a la primera. ¿Supongo que buenas sensaciones en tu regreso?
Una locura. Ni en mis mejores sueños pensaba yo acabar un Dakar y menos clasificado el 56. Es algo increíble.
¿Qué es lo que más te ha llamado la atención del Dakar? ¿Era cómo te lo esperabas o te ha sorprendido?
Para mí ha sido con mucha diferencia mucho más duro de lo que me esperaba. En el 2006 hice uno con Toyota en el que iba de jefe de taller y eran largas distancias, pero este año con el tema de bajar la velocidad lo que han hecho es complicar mucho la navegación y los sitios por donde pasábamos.
Por ejemplo, el primer día en el kilómetro 80 metieron unos 20-25 kilómetros de piedras que yo pensaba que se habían equivocado. Decía, “por aquí no puede ser porque es imposible pasar por aquí con la moto” (ríe). Así empezó la cosa y no han aflojado hasta el día en que terminó el Dakar.
¿Cómo te ha afectado a ti un recorrido con eta complicaciones cuando eras debutante y además en motos?
Aquí no nos engañamos mucho. Los que navegan son los primeros de moto que son los que van marcando prácticamente todos los rumbos. Tú vas con lo moto cerciorando los puntos que son un poco más conflictivos. A los coches les pasa exactamente lo mismo. Si con las motos hay sitios por donde no puedes pasar, y una moto pasa y no marca la huella, cuando pasamos por ahí por zonas que no son caminos sino sitios de piedras a rumbo, nadie pasa por el mismo sitio.
Entonces los coches llegan allí y se encuentran aquello y se convierte en una auténtica locura. Un coche que te venía de frente, otro por la izquierda y otro por la derecha. Nadie encontraba el sitio porque era muy complicado el terreno que localizar el paso bueno o menos malo.
Desde el primer día aluciné con la dificultad del terreno. Sabía que iba a ser duro, pero lo he pasado mal.
¿Lo has pasado mal solo por esos problemas en carrera o también por el día a día del Dakar?
La dificultad es lo que te hace que lo pases mal. Cuando llegabas a esas zonas en las que es difícil la navegación y meterte allí con la moto cargada con 30 litro de gasolina. Con una moto de Rally de casi 200 kilos, meterte por allí después de llevar varios días de batalla, es difícil.
Te vas haciendo pero intentas por todos los medios que no te pille la noche porque si te pilla estás fuera de carrera. La moto no es como los coches y en cuanto anochece no hay manera de navegar de ninguna manera en las dunas.
¿Has tenido algún susto o algún momento en el que has temido por tu integridad física?
El día 5 fue un día con varias coronas de dunas. Yo había visto las dunas pero no había visto esta bestialidad. En una zona de dunas en la que las estabas atravesando durante 27-28 kilómetros, una duna o dos dunas son muy bonitas, pero cuando llevas tal cantidad, no puedes con la moto. En una de esas, me giró la rodilla y, aunque llevaba rodilleras ortopédicas, me crujió un poquito y desde entonces la cosa cambió. No podía apoyar la rodilla bien.
Además tengo tres fisuras en las costillas de alguna caída que no es grave pero te clavas el codo. A partir de ahí vas pensando más en no caerte hacia un lado y caerte hacia el otro para no hacerte más daño.
En cuanto a convivencia, ¿has podido tener momentos con los favoritos o con pilotos expertos del Dakar?
Yo soy un aficionado y no me considero piloto ni nada. Soy aficionado a los Rallys desde pequeñito en que pasaban por mi pueblo los Montes. Quería en su día hacer los Montes y mi sueño era correr el Dakar y me ha costado varios días entender que yo formaba parte de la carrera y que no estaba fuera de ella.
Los primero días yo iba a ver a Benavides o a otros y me costó dos o tres días cambiar el chip y ser consciente de que yo venía a correr. Al principio me iba a ver las motos pero según pasaban los días supe que tenía que descansar y no puedes perder ni un minuto en ir a ver a nadie. Estás en tu carrera y tuve claro que o me ponía a comer y descansar o no acabaría ni de cachondeo.
Como aficionado desde dentro que lo has vivido de esa manera, ¿cómo valoras la tensión que los pilotos que compiten en la general llevan día a día?
Los primeros espadas como digo yo son auténticos son suicidas. Hay un nivel brutal y cada día si ves las imágenes de cómo van ellos, el resto de carrera estamos prácticamente sobreviviendo. Las diferencias entre los primeros son mínimos y cualquier caída les deja fuera de carrera. Veo las medias de cualquier etapa y yo yendo como voy, que soy un aficionado, el que ha ganado yo he hecho el doble o el triple de horas que él. El ritmo y la competitividad que tienen ahí adelante son increíbles.
La Covid-19 también ha estado presente en el Dakar. ¿Cómo ha sido el tener que ir antes allí, estar confinados o el miedo por el resultado de esa PCR?
El antes del Dakar era complicado porque te podías quedar fuera sin ninguna opción de poder ir. Ha habido pilotos y copilotos que no han podido ni siquiera ir al Dakar por la Covid.
Una vez volamos, llegamos al hotel y estábamos otra vez en la mima situación de esperar unos días para hacer otro test. La tensión es brutal. Recuerdo los días de hotel en que dio positivo un mecánico de un equipo de camiones y estábamos todos temblando y sin juntarnos con nadie.
En el momento en que pasamos la prueba y teníamos la pulsera aun así, todos los días con mascarilla e intentando las mínimas relaciones posibles.
En cuanto a objetivos, acabar para ti era un logro, pero al final has quedado el 56 y para ser un aficionado como tú dices, has estado ahí.
Yo hubiese firmado un 100 con los ojos cerrados y haber terminado el último (ríe). En la prólogo hice el 61 y ya me quedé sorprendido pero sabía que iban a ser muchos días y muchas dificultades. No miré la clasificación ningún día y solo miraba las horas de salida.
Hay una carrera de los que están adelante que no les llega a adelantar ningún coche y lo cierto es que, cuando te empiezan a adelantar los coches la carrera cambia. Hay coches que te adelantan y no ponen el Sentinel y no sabes por dónde te vienen.
Además ha habido etapas en las que hemos estado todo el rato en una nube de polvo que no te permite ver nada. Ahí pasas auténtico miedo.
Yo luego después he visto que fui remontando puntos siguiendo al ritmo que yo podía llevar sin arriesgar la vida porque al fin y al cabo te la estás jugando. Nunca se sabe, te das un golpe mal dado y adiós.
¿Llevabas por eso ese miedo de pensar que aunque fueras a tu ritmo en cualquier golpe de mala suerte te podía costar la vida?
El miedo lo tienes desde que te empieza adelantar el primero coche. Cuando haces una carrera de Rallys es distinto, porque ahí eres tú mismo contigo mismo. Te puedes caer, te puede salir, pero eres tú solo. Pero cuando te adelanta un coche a cinco o diez metros como es alguno de los casos porque hay muchos pilotos de coches que no entiendo el porqué, no encienden el Sentinel para que te puedas buscar una vía de escape y él pueda pasar.
Se supone que eso está prohibido pero pasa y ahí la carrera cambia y vas a sobrevivir. Ahí está la principal diferencia de tiempos con los primeros. En el avión hablando con Oriol Mena por ejemplo, dijo que un día le habían adelantado dos coches y estaba muy enfadado. Pues bien, a mí cada me adelantaban de treinta a cincuenta coches.
Has compartido Dakar con otros conquenses como los Plaza. ¿Habéis convivido allí? ¿El ser paisanos ha hecho que tengáis ese acercamiento y relación allí?
Cada día cuando estábamos por el vivac o estábamos repostando, yo me acercaba con esa emoción que tienes como de alguien tuyo, como si fuera un familiar. Yo a Manolo lo sigo desde que era pequeño y creo que es un referente en Cuenca.
Tener ese acercamiento y esa admiración mutua que nos tenemos ya que ellos valoran lo difícil que es hacerlo en moto y lo respetan mucho. Cada noche que nos veíamos o comíamos por el vivac, una alegría inmensa por lo menos para mí.
Los Plaza precisamente tuvieron un accidente con una moto y fue algo muy duro. ¿Cómo vivís tanto unos como otros esta peligrosidad y cómo la entendéis desde las motos?
Las motos eres lo más débil que hay en el Dakar y cualquier cosa te puede tirar. Es muy fácil que te den y por falta de visibilidad, que ocurrió por ejemplo el día que tuvo el incidente Manolo, a diez metros ya no ves nada. Nunca saben qué tienen delante y cuando no se ve, o vas muy despacito o si hay alguien parado en la pista se hace difícil esquivarlo. Yo tuve un día un camión que me salí de la pista justo cuando pasaba en el último momento. Eso es muy peligroso y pasas mucho miedo.
Es una carrera a la que hay que tener mucho respeto y el día que te vas para allá sabes que hay una posibilidad de que te mates. Hay quien lo entiende y hay otra gente que te tacha de loco pero es que es así y lo tienes que tener claro.
Pasando a la parte cómica, tú has dejado esa anécdota graciosa en el primero momento en el Dakar cuando en la presentación dijiste: “No entiendo lo que me estás diciendo pero yo voy a decir lo que me dé la gana”. ¿Te lo quedas como un recuerdo gracioso de tu primera participación?
(Ríe). En inglés hablo un poco regular y yo en la moto llevaba a dos amigos míos que han fallecido este año, que son Albertito Carpentier y Néstor de Felipe. Albertito iba a venir al Dakar y Néstor es un amigo mío endurero de toda la vida y yo solo quería decir de la manera que fuese es que los llevaba en mi moto y estaban ahí junto a mí. Surgió así y así me salió y fue una anécdota graciosa.
Conquenses en el Dakar:
Fernando Dominguez: “Como no te entiendo nada, voy a decir lo que quiera”
Gassssss ??#Fermotoss ??#CuencaDakar #Dakar2021 @DipuCuenca pic.twitter.com/rzdrWTZGLt— PEÑA FURIA CONQUENSE (@furiaconquense) January 2, 2021
Tú junto a los Plaza, habéis sido bandera de Cuenca. ¿Has llevado esa partecita de Cuenca y de Palomares en tu caso en el Dakar?
Me he quedado impresionado de la cantidad de gente que ha estado siguiéndome. Yo en la moto puse el escudo de Palomares y el de la Diputación que nos echó un cable para poder cerrar algo del presupuesto.
Con la gente de Palomares y con la gente de Cuenca que me ha seguido me he quedado asombrado. No podía contestar a nadie pero me he quedado pasmado con el seguimiento. También es cierto que la afición en Cuenca es enorme e igual les ha pillado de sorpresa que hubiera un conquense en moto. Yo me considero conquense de pura cepa y palomareño a tope.
También quiero daros las gracias porque sin vosotros es imposible todo esto. Que te conozca la gente sin vuestro apoyo es imposible. Lo que vale estar ahí es la repercusión mediática.
¿Cuánto cuesta en motos participar en un Dakar?
El presupuesto cerrado hasta ahora con una moto Rally, yo ahora mismo a día de hoy llevo 76.000 euros y calculo unos 80.
Yo el año pasado quedé segundo en el Mil Dunas que es el primer Rally que hacía en Marruecos y a partir de ahí, un conocido me animó a competir en el Dakar y me pagó la mitad de la moto. Ahí arranqué, empecé a echar números y a acumular presupuesto gracias a conocidos que me aportaban un poquito.
Al final más o menos ha salido bien y aunque estaremos pagando un tiempecito esta fiesta, pero ha merecido la pena.
¿Estás pensando ya en un futuro Dakar y en repetir?
El futuro sería hacerlo en 2022, pero económicamente es prácticamente imposible. Yo voy a hacer mi dossier y lo voy a intentar por todos los medios y voy a entrenar como si fuera a hacerlo. Si sale alguna empresa que estuviera interesada o puedo cuadrar mínimamente el tema para poder ir estaré allí.