Recién aterrizado y con la medalla del Rally Dakar 2023 sobre la moto, Fernando Domínguez todavía mantiene en su voz la ilusión, la emoción y también los vestigios del cansancio. Ha sido su segunda participación en esta competición en Rally 2 y, aunque este año la senda de la victoria pasaba solo por acabar el Dakar y no por marcarse objetivos ambiciosos, asegura que se trae a Cuenca una mochila cargada de aprendizajes.
Domínguez, natural de Palomares del Campo, relata sus experiencias en este Dakar y deja la puerta abierta a una nueva aventura para el 2024. Hablamos con el motorista tras colocar el nombre de Cuenca en el panorama internacional sobre dos ruedas.
Segundo año que participas en el Rally Dakar y lo completas. ¿Cómo has vivido esta segunda experiencia? ¿Qué te ha aportado de nuevo?
En 2021 fue mucho peor porque fui arrastrando una lesión y aquello fue una locura. Tardé nueve meses en recuperarme. Pero este Dakar también ha sido muy duro porque hicieron una preselección solo de 90 pilotos de motos. Nunca pensé que iba a entrar, no me lo creía porque ya en la preselección en Francia dijeron que solo iban a coger a 30 pilotos no oficiales. Pero en julio me dieron la plaza y fue todo una locura. Tuve que prepararlo todo en el último momento.
¿Te embarcaste en la aventura acompañado?
Tuve que viajar solo. Tres compañeros de equipo quedaron fuera y el otro decidió no viajar. Busqué otro equipo en tiempo récord y entré. Pero con los compañeros españoles coincides e hicimos piña. Hay gente que es atleta, pero no es mi caso. Yo en el Dakar me hago pequeño. Estás rodeado de campeones del mundo y yo soy el mejor de mi pueblo. Todo te queda grande.
Venías de perderte la edición del 2022 para poder recuperarte bien de la lesión de rodilla que comentabas anteriormente. ¿Has podido sacarte esa espina y disfrutar de la competición o había miedos de recaer?
La verdad es que este año desde el primer día tenía claro que no había tenido tiempo de prepararlo bien. Pero ya tenía la medalla conseguida en 2021 y hay gente que está un lustro y ni lo consigue. Yo la terminé a la primera. En mi pueblo me llaman “cabezón” y sabía a lo que iba porque tenía la cabeza en su sitio. No iba con la presión de terminar.
El mayor problema para las motos en el Dakar es que se hiciera de noche por la poca luz que llevamos. Esa era mi mayor preocupación. Hubo tres días que acabé así los últimos kilómetros, pero se me dio bastante bien. Solo me quedaba dosificar y aguantar cada día sabiendo que no iba a subir posiciones, que lo importante era llegar, porque todos corrían más que yo. Quería tener cero riesgos.
Hablas de que has disfrutado, pero es una experiencia dura. En tantos días, ¿aparecen también momentos amargos?
El año de la lesión, sí. Este año no tanto, quitado de los momentos de los enlaces en los que vas medio perdido. Pero la verdad es que he disfrutado porque no iba con ninguna lesión ni arriesgaba en la carrera. Yo iba al 60%. Podría haber corrido mucho más, pero arriesgándome a sufrir otra caída y marcharme a casa. Me daba igual terminar el último. Mi manera de sobrevivir ha sido pensar día a día.
Teniendo en cuenta que tu objetivo era acabar la competición sin objetivos en la clasificación, ¿qué te ha enseñado este Dakar 2023? ¿Con qué aprendizajes te quedas?
Me he quedado asombrado de cómo he gestionado mi cabeza. Me he quedado atascado en mil dunas y lo he intentado las veces que haya hecho falta para salir. Si no era a la tercera, pues a la siguiente. En 2021 en cuanto me quedaba en la arena necesitaba salir enseguida, parecía que se te iba la vida en ello. De hecho, en esta edición hubo un día de carrera en el que me llamaron desde la organización para ver si quería parar. Yo dije que no, que todavía quedaban horas de luz, y ellos me contestaban que me quedaban muchos kilómetros. A mí me daba igual, vino el helicóptero y yo le decía que se marchase, que estaba bien. En la otra edición no lo viví porque estaba mucho más adelantado.
Esa cabeza fría, quizás, te ayudó a no perder la calma en el último suspiro, cuando el último día de competición se te rompió el embrague. ¿Cómo viviste aquella situación?
Un compañero nos avisó de que la playa del último día era muy peligrosa. Llegué a una zona de barro y las motos no andaban. Saqué yo la moto y acabé la etapa, pero en el enlace la moto se quedó sin embrague. Rachid Rally Raid llevaba el disco para el embrague. En el enlace, si te quedas tirado, también estás fuera de carrera aunque no se vea.
Decían que el Dakar 2023 iba a ser el más complicado de la historia. ¿Qué motivos explican que muchos lo afirmaran incluso antes de empezar la competición?
Este ha sido el peor por el frío. Pasamos por zonas que decían que hacía años que no había llovido y llevaba ahora lloviendo ya dos meses. Además, este año ya avisó la organización de que haríamos más kilómetros por las quejas de la pasada edición. A ello se suma que normalmente son doce días de carrera y este año han sido catorce. Hemos bajado también al desierto más inhóspito del planeta. Esos días allí fueron muy duros.
¿Y para ti qué ha sido lo más duro?
El frío y la lluvia. Esto hacía que los enlaces fueran muy largos, pero la cabeza estaba en su sitio y sabía que estaba atrás, así que iba día a día. Llevo muchas lesiones encima y en la moto el frío no te lo quita nadie.
¿Cómo ha sido el día a día que no vemos por televisión?
Ha sido una locura. En los enlaces nos llovió casi todos los días. Los grandes equipos van con sus camiones, pero yo cuando llegaba no tenía sitio ni para poner la tienda porque estaba todo inundado y llevaba toda la ropa mojada. Ha habido días en los que incluso he dormido en el comedor en el que estábamos todos.
Además de conseguir medalla, lograste dedicarla a la Asociación Síndrome Williams de España. ¿Cómo surge esta iniciativa?
Una vecina de mi pueblo tiene a su nieto con Síndrome de Williams y me dijo que si me podía acordar de él. Me salió como una cosa de dentro, no llevaba ni siquiera una pegatina. Al terminar el Dakar 2021 me lo comentó y así surgió. Al llegar a la meta lo hice.
¿Podemos hablar ya de Dakar 2024?
La plaza la tengo, esa incertidumbre no la llevo. Con la gestión que he hecho este año te diría que sí con los ojos cerrados, pero en otras condiciones. Intentaría conseguir más presupuesto con patrocinadores porque es mucho dinero. Este año la ayuda de la Diputación de Cuenca ha sido fundamental. Además, estoy contento porque la repercusión que he tenido en Cuenca ha sido increíble, he recibido un montón de mensajes recibiendo ánimo.