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Historia del Voleibol en Cuenca. Los inicios: el Juventud OJE Cuenca y Alsimán

Hay un hito que cambia la historia del deporte en España y fue sin duda la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona 1992. Está claro que esa Olimpiada cambió para mucho mejor todo lo referente al deporte en nuestro país: mayor inversión, que supuso una mejora de las instalaciones así como la construcción de muchas nuevas; mejora de las condiciones de los deportistas, implicación de más gente en el deporte: entrenadores, directivos, aficionados y sin duda un notable aumento de población que entendió la importancia de la práctica deportiva.

Pero hace 50 años las cosas eran muy diferentes y todavía más en poblaciones pequeñas como Cuenca. No era fácil el iniciarse en la práctica de un deporte y si encima ese deporte era de los minoritarios (que casi todos lo eran) entonces resultaba casi imposible si no había algo que propiciara la posibilidad de empezar a jugar a esa modalidad.

 

A principios de los años 70 del siglo pasado llegó a Cuenca un profesor de Educación Física, Pascual Morcillo, albaceteño, de Tobarra pero criado en Hellín, que supuso prácticamente el nacimiento del voleibol en nuestra ciudad. Sin duda Pascual fue imprescindible para que el voleibol empezara a practicarse en Cuenca pues en el instituto Alfonso VIII, donde impartía sus clases, organizó entrenamientos con vistas a crear un equipo.

Pascual Morcillo empezó a jugar al voleibol con 10 años en Hellín. Allí consigue sus primeros éxitos en ese deporte que ya sería el suyo para toda su vida. En la temporada 1966/67 inicia sus estudios universitarios en Cartagena (Murcia) y al año siguiente se traslada a Madrid a estudiar Educación Física. Allí juega en 2ª División en el CAU (Club Atlético Universitario). En los XVII Juegos Universitarios Nacionales celebrados en 1969 en Tenerife se proclama campeón de España universitario.

En la temporada 1970/71 es fichado por el Real Madrid, aunque no llegó a jugar en esa temporada por motivo de sus estudios.

En el año 1971 viene a Cuenca como profesor de Educación Física y eso supone para nuestra ciudad el nacimiento del voleibol. No se podría entender este deporte aquí sin la figura de Pascual Morcillo. Él se hace cargo de la Federación Provincial y crea un club que jugaría en categoría federada, el Juventud OJE Cuenca.

Pascual motiva a sus alumnos hacia la práctica del voleibol e incluso facilita el que algunos, los más aventajados, puedan ir a concentraciones para mejorar.  Dichas concentraciones se celebraron en Santander y en Palencia.

Mientras consigue reclutar jugadores jóvenes ya se crea el equipo senior, que tenía en sus filas estudiantes de Magisterio por ejemplo. Pero esos jugadores se marchan cuando terminan sus estudios y entonces se van incorporando los jugadores que se iniciaron en el instituto.

El equipo de Cuenca, el Juventud OJE logra jugar en Segunda División, con un equipo bastante joven. Pascual es muy valorado y muy bien considerado a nivel nacional. En todas las pistas a las que iban a jugar siempre tenía gente conocida, que habían jugado con él.

Sin duda era el referente del equipo dentro y fuera de la cancha pues ejercía el papel de entrenador-jugador y ordenaba al equipo dentro de la pista. Sin duda su gran visión de juego hacía mucho para el equipo. Consiguió que los jugadores tuvieran una gran relación entre ellos.

Y además aparte de ser el entrenador y referente en la pista, Pascual enseñó a sus jugadores a viajar, a desplazarse por toda España, a ir en los autobuses, a estar en los hoteles. Fue una gran influencia para sus pupilos y creó afición en una ciudad que desconocía este deporte. Es decir que la labor de Pascual Morcillo fue mucho más allá de la deportiva, fue también una gran labor de formación, de entender el deporte, de compartir, de compañerismo.

Las temporadas en que el Juventud OJE fue dirigido por Pascual Morcillo en Segunda División siempre fueron buenas e incluso un año llegaron a jugar la fase de ascenso a Primera División, jugando la final contra su antiguo equipo. Curiosamente perdieron 3-2 pero hicieron más puntos que el rival (regía la puntuación antigua en la que el set duraba 15 puntos y había que tener el saque para poder puntuar).

También se consiguió en aquellos años ganar los Juegos de la Mancha en voleibol en Cuenca. En esa competición dirigió el equipo René que era un jugador de Cuenca pero jugaba ya en un nivel más alto pues había salido de la ciudad para estudiar fuera. Como aquella competición se jugaba en verano fue él el que dirigió al equipo que logró ganar la final a Ciudad Real, provincial que sin duda dominaba el voleibol en aquellos años gracias sobre todo a los jugadores de Puertollano.

 

Mientras se iba forjando un buen equipo, con incorporaciones de gente joven que sustituía a los que se iban, pero que se comprometían con el club. Un compromiso que les hacía llevar bien por ejemplo los viajes que eran tediosos en aquellos tiempos; las carreteras no eran las de ahora y las comodidades tampoco. Se desplazaban a Denia, Valladolid, Madrid… Había muy buenos equipos como Puertollano, Guadalajara (que lo llevaba también una figura como la de Pascual Morcillo, un dinamizador allí del voleibol), el Salesianos Atocha de Madrid (cantera del Real Madrid de voleibol), Obispo Perelló de Madrid, Hellín, el Palo de Sevilla, Lérida, Cáceres, Soria (equipo que contaba también con entrenador-jugador como Cuenca).

Jugadores referencia del equipo de aquella época eran Pedro, Valverde, Rolanía, Molero, Pascual, Pedrito, el Negro, Gerardo, el Rubio, Charly, Carras, Ito y Checa. Esos eran realmente sus nombres de guerra, por los que eran conocidos entre ellos y en el mundillo del voleibol conquense.

También jugaron algún partido muy especial, como uno que recuerdan con mucho orgullo porque fue en la entonces llamada Copa del Generalísimo contra el Atlético de Madrid (por entonces dominador de la Liga de Primera División) en el que lograron ganar un set cuando sacaron a los suplentes a jugar y obligaron a volver a la cancha a los mejores para resolver el partido. Y es que aquel equipo era ante todo ilusión, compañerismo y ganas de hacerlo lo mejor posible.

Por aquellos años la Segunda División se dividía en dos grupos: Norte y Sur. Como Cuenca está en el centro podía jugar en cualquiera de los dos grupos y de hecho cambió de grupo algunas veces. Y cuando tocó jugar en el grupo Sur tuvieron la posibilidad de ir a jugar a Canarias, que era todo un sueño en aquella época. Cuando venían a jugar a El Sargal los equipos de Canarias era curioso verlos bajar la cuesta hacia el polideportivo con claros síntomas de que iban helados de frío. Pero luego en la pista se calentaban pronto, eran muy buenos equipos según se recuerda todavía, sobre todo un equipo de Tenerife que tenía un nivel técnico espectacular.

De aquellos tiempos destacó mucho también la labor de Fernando Cotillas que llegó a ser el delegado del equipo y que ejerció una gran influencia en todos los jugadores, no solo en el lado deportivo sino también en el lado humano. Se encargaba de organizar los viajes e incluso cuando la situación económica del club no iba bien y había que viajar en coches él ponía el suyo para los desplazamientos. Siempre estaba pendiente de los jugadores, del equipo.

Con la marcha de Pascual Morcillo cambiaron muchas cosas. Está claro que el voleibol ya se había implantado en nuestra ciudad pero ya no fue igual. Para que no se acabara este deporte cogieron las riendas del equipo varios jugadores y nace el Alsimán, es decir el equipo cambia el nombre.

En realidad el Alsimán fue un club polideportivo en nuestra ciudad. Su nombre AGRUPACIÓN DEPORTIVA ALSIMÁN recogía las tres comarcas conquenses Alcarria, Sierra, Mancha. Y el equipo de voleibol se incorporó a este club como una sección del mismo.

El equipo ya no dependía de una figura tan relevante como fue Pascual Morcillo y ahora tenía más dinero para funcionar. Sin embargo se notó mucho la marcha del que había sido sin duda el dinamizador del voleibol en Cuenca. Se mantuvo el equipo pero sufrió un bajón. Además los jugadores ya eran veteranos, algunos incluso dejaron el equipo y otros no podían ir a jugar todos los partidos. La implicación no era igual y el concepto de equipo tampoco. Pero hay que resaltar el gran trabajo que hicieron por ejemplo Pepe Valverde y Chero que lograron que el equipo siguiera adelante.

Hay que reseñar que la pista central de El Sargal se llenaba los domingos en los que el Juventud OJE jugaba en Cuenca, la afición apoyaba al equipo y era una pista con un ambiente impresionante. Ese ambiente también lo había en otros lugares en los que igualmente se vivía con mucha pasión el voleibol como eran Puertollano o Hellín. En todos esos campos el equipo de Cuenca siempre dejaba su pabellón muy alto y en los primeros años extrañaba, allá por donde iban a jugar, que Cuenca tuviera un equipo tan bueno.

Además la importancia de Pascual fue más allá del voleibol, primero en el instituto y luego en Magisterio donde introdujo un concepto distinto de la Educación Física en sus alumnos, a los que cambió la mentalidad, enseñó nuevas metodologías, en definitiva les mostró una nueva didáctica de esa área. Esas enseñanzas calaron muy hondo en el alumnado que luego se dedicó a la docencia en esa área y que sin duda puso en práctica en sus clases las enseñanzas de Pascual.

Muy importante fue la posterior labor de Fernando Cotillas que consiguió que el voleibol tuviera una gran cantera y también que empezaran a jugar las chicas, creando equipos de categorías inferiores. Fue un renacer de este deporte en el que fue fundamental el trabajo de Fernando. Y en aquella época el instituto Hervás y Panduro fue también el que aglutinó un poco el voleibol y precisamente el nombre del equipo cambió a Club Voleibol Hervás. Ese nombre ha continuado hasta la temporada 2021/22 en la que se cambió a Club Voleibol Cuenca para difundir y promocionar a la provincia y la capital por todos los rincones del país.

Igualmente alguno de los jugadores del equipo impulsó luego el voleibol allá donde fue, sobre todo en el caso de algún jugador que se dedicó a la docencia como fue Juan Carlos Carrascosa que fue un dinamizador del vóley allá donde estuvo como maestro de Educación Física, sobre todo en San Clemente donde creó equipos de deporte base, tanto masculinos como femeninos. E incluso consiguió hacer un equipo femenino que si bien no compitió oficialmente por falta de medios económicos y porque era muy complicado federar el equipo, que no tenía el número imprescindible de jugadoras, sí jugaban partidos amistosos contra otras localidades. Y tres de las jugadoras de dicho equipo jugaron varios años en Socuéllamos, que ahora es uno de los equipos punteros del voleibol femenino nacional.

La verdad es que Cuenca (y sobre todo su voleibol) le debe mucho a Pascual Morcillo, que logró sembrar aquí la semilla de ese deporte a principios de los años 70 y cuya magnífica labor fue continuada por Fernando Cotillas, René, Pepe Valverde, Chero o Juan Carlos Carrascosa.

 

 

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