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“La familia crece” junto a las opciones de Fran de ganar Masterchef: Su mujer y su hijo le inspiran para ser semifinalista

Por
J.I. Cantero
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Masterchef es una familia donde los aspirantes conviven entre fogones y viven todo tipo de momentos y altibajos emocionales. Pero el undécimo programa elevó el ambiente familiar al máximo exponente ya que acudieron los allegados de los concursantes para traerles un plato que reconocieran antes de darles la sorpresa de su presencia.

Para Fran la visita fue doble y multiplicó por diez el significado para él ya que le acompañaron su mujer Cristina y su hijo Cayetano. Se emocionó enormemente cuando vio les vio aparecer y lo primero que hizo el conquense fue besarla a ella y subirse sobre los hombros a su pequeño.

El plato que le trajeron fue reconocido rápidamente por Fran como las judías con chorizo de su abuela: “El duralex de toda la vida” apuntó Fran con esa gracia espontánea que le caracteriza. Al probarlo además, recordó los sabores de su tierra y le salió hasta el lenguaje al más puro estilo conquense cuando se lo echó a la boca: “Copón el chorizo viene del pueblo” soltó.

Su mujer Cristina contó una anécdota en París en la Catedral de Notre Dame en la que Fran la cogió aúpa para subir las interminables escaleras en una alarde del esfuerzo tan propio de Fran.

Fue allí donde le pidió matrimonio. En lo alto de la Torre Eiffel como una bonita estampa para su unión. Rebosaba de alegría Fran por lo que decidió invitarla a champagne pero, ¡a 9 euros que estaba la copa! Al final brindaron con agua, porque una cosa está clara, al conquense los precios no se le disparan ni para brindar por su enlace.

“Nos vemos en Cuenca” dijo Pepe Rodríguez a Cristina para despedirla del plató, pero se vieron mucho antes ya que se permitió a los familiares que estuvieron junto a los aspirantes en la primera prueba. Cristina, Cayetano y Fran se unieron en las cocinas de Masterchef por una vez y el conquense reinventó las judías con chorizo con todo lo que ha aprendido, que no es poco.

“Tanto ha cambiado que hasta se ha hecho del Real Madrid” le dijo Pepe Rodríguez a Cristina, pero en sus colores no hay duda y ella rápidamente contestó “mira que me extraña”.

Pero quizás la cocina de su casa sí que vaya a cambiar en aras de la calidad ya que ahora que conoce la técnica, Fran necesita “sus polvitos y sus historias” pero, como en su participación en Masterchef, “el éxito está garantizado”.

Y está garantizado, sobre todo cuando tiene a los suyos al lado. “La familia crece” fue el nombre de su plato inspirado por sus acompañantes y su nueva hija. Reinventó unas judías con chorizo haciendo una crema, con un falso caviar, un toque ahumado y… “una miaja pimentón”. “Una muy buena propuesta de un plato tradicional y las cosas que hay tienen sentido” según le indicó el chef del Bohío.

Volvió a ser el mejor de la prueba lo que le hizo merecedor de que su plato se incluya en la carta de los restaurantes de Masterchef y llegue a miles de personas. Él le dio un aspecto más emocional ya que además considera que en ese plato hay una pequeña parte de su entorno familiar que ahora llegará a todo el mundo.

Otra vez se pelearon los chefs por él pero Cristina les señaló que “es difícil comprarlo con dinero ya que él es muy de comulgar con sus ideas fijas y si una persona, en esta caso Samantha, se lo ha ofrecido, ya es difícil sacarlo de ahí”.

Lo peor de los buenos momentos con la gente a la que quieres son las despedidas, pero Fran sabe hacer entrañable hasta un adiós y emocionó a todo aquel que estaba viendo por televisión la estampa familiar: “Cariño te amo, nos vemos más tarde que pronto” le dijo a Cristina. “Hijo te quiero, papi se queda trabajando” le dijo a Cayetano. Algo que su hijo puede tatuarse a fuego ya que Fran nunca deja de hacerlo.

Fran vale para el ajo y para el pollo y ya es semifinalista

En la prueba de exteriores le tocó ser pivotante y afrontar las partes más técnicas para demostrar “que vale para el ajo y para el pollo”. No era tarea fácil ya que tenían que cocinar para treinta y dos profesionales en un restaurante con dos estrellas Michelin, Les Colas en la comarca de La Garrotxa (Girona).

Su equipo formado por María, Meri y él mismo funcionó a las mil maravillas aunque tuvieron un pequeño gran fallo, no preguntar a los jefes de cocina del restaurante, algo que Fran catalogó de la siguiente forma: “lo que viene a ser que hemos estado tontos”. Tenía que cortar el jamón pero Meri le pidió que no lo hiciera al estilo conquense sino que fuera más fino y delicado en el corte: “A lo catalán para que dé para más” le dijo Fran.

Nunca deja de animar el de Cuenca a los suyos y cita a su familia cuando se necesita como elemento motivador: “Vamos a echar el resto, hacedlo por mi hija mecachis en la mar” les pidió a sus compañeras.

Espectacular trabajo una semana más de Fran, esta vez en perfecta armonía con su equipo hasta el punto de que Meri lo calificó como “el mejor día de su vida”. Se trabaja bien con el conquense al que los jueces valoraron como siempre su ilusión y trabajo que hacen que ponga todo su amor en la cocina.

Se ganaron ser semifinalistas de Masterchef por lo que Fran está ya entre los mejores de la edición. Reconoció no saber cómo sentirse porque “nunca ha llegado tan lejos”. Se lo ha ganado a pulso y ahora solo queda poner la puntilla llegando a la final y llevándose la victoria a base constancia y trabajo.

Lo cierto es que lo tiene en la palma de la mano ya que todavía conserva el pin de la inmunidad que podría usar para salvarse la próxima semana y tocarla con las yemas de los dedos. Sin duda, se lo merecería el conquense que, para ser emperador, primero ha tenido que luchar en la arena como gladiador.

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