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Análisis de Saints Row – Cielo o infierno

Mi personaje ha sido una estatua de bronce de dos metros con el pene y los pechos más grandes que he visto jamás (como tenía que ser). También tenía un pelo afro de oro y una perilla dorada reflectante. El editor de personaje te deja hacer verdaderas locuras, pero luego las cinemáticas se veían horribles, no me dejes hacer locuras de este nivel en el editor si luego te vas a tomar en serio.

Saints Row ha cambiado mucho, este reinicio de la franquicia supone que el humor loco y descabellado del 4 en este título no esté por ninguna parte. La historia tiene los pies en la tierra y de verdad se toma en serio a sí misma. Somos el compañero de piso de tres integrantes de diferentes bandas, siendo nosotros los encargados de traer dinero al piso durante el tutorial para no morir de hambre. Ocurren una serie de problemas con la conciliación entre bandas y vida personal, por lo que formamos nuestro imperio criminal desde cero, entre todos.

La historia tarda demasiado en moverse. Cuando crees que está arrancando te das de cara contra los títulos de crédito. No quiero decir que no haya misiones, las hay, pero son completamente inmóviles, ve de una punta a otra y despecha a los Panteras (la banda del tráfico ilegal), ahora igual pero a los Idols (la banda de los anarquistas fiesteros). Por encima de todo se hacen pesadas, porque después de cruzar un descampado lleno de enemigos que son esponjas de balas toca replegar como llegamos a escena. Algunas misiones se salen de esta norma de llegar, disparar y correr, que son las más interesantes. Por ejemplo el comienzo de una misión de infiltración, que toca ir disfrazado hasta las celdas especiales, por lo que tienes que trazar una ruta rápida para que no sospechen demasiado. Sale mal y volvemos a los tiros y a correr.

Las situaciones son muy buenas, solo que ni el gunplay ni la conducción están lo suficientemente desarrollados. Los tiros tienen un sistema de apuntado semiautomático que apaña un poco lo difícil que es acertar por tu cuenta, pero sigue siendo terrible tener que disparar un cargador por enemigo. Eso si el enemigo no te desvía las balas, porque hay un enemigo de los Idols que girando dos cadenas no deja abertura salvo cuando ataca. Si hablamos del combate cuerpo a cuerpo es todavía peor, no hay fijación de enemigos y cada vez que lanzas un golpe es muy probable que vaya al aire. Las ejecuciones por el contrario nos darán salud (no se pueden fallar) y ejecutarán al enemigo. Estas son divertidas, solo que al ser tan escasas las descubres en los primeros momentos del juego y no te vuelven a sorprender. La conducción es rara, solo puedes girar si derrapas y la cantidad de bugs que he tenido cuando coges algo con el gancho de algunos vehículos me ha empantanado la experiencia total del juego, sobre todo en las misiones que era obligatorio arrastrar algo. Esto sin contar algunos bugs con la cámara cuando he montado en coche o en helicóptero (con este último tuve que reiniciar el juego).

La personalización que nos ofrece es desmedida, podemos editar desde los vehículos, las armas, a nuestros amigos, nuestro personaje y la ropa de la banda. Esto es algo accesorio que siempre se agradece en los Saints Row. Al final hacerte un coche que sea a tu medida te da más ganas de conducir por la ciudad solo para mostrar lo grandes que son tus ruedas o la nueva habilidad que has desbloqueado para el coche. Porque tienen habilidades según la marca, con unos desafíos específicos al volante los desbloqueas, pequeñas ventajas que mejoran la experiencia de conducción.

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Nuestros compañeros de piso, de mafia y de vida nos acompañarán en sus misiones y poco más, más allá del cariño que tienen entre ellos no hay una química real entre los personajes. Con todo se les empieza a querer, pero los gags suelen ser mediocres o sencillamente una situación absurda, pero como he dicho, las situaciones se arruinan en cuanto las juegas. Me he reído en escasas ocasiones, casi las he podido contar.

La ciudad de Santo Ileso tiene una cantidad enorme de terreno sin utilizar en las misiones, son desierto, literalmente. Se empeña en mandarte de un lado a otro en un mapa lleno de iconos, siendo realmente tres los importantes. En tus solares puedes poner tus negocios criminales y hacer misiones que son en esencia minijuegos, por ejemplo lanzarte a los coches para cobrar el seguro o la gestión de residuos (no, de verdad, residuos industriales, no cadáveres). El de cada negocio es diferente, pero cuando has hecho tres de la misma empresa cansa demasiado, solo cambia la localización del minijuego.

El móvil (como en el GTA) hace de menú donde subir las habilidades, ver el mapa, empezar las misiones y un largo etcétera. Hay una aplicación interesante llamada “Wanted”, esta ofrece recompensas por la cabeza de gente que ha subido a la app. Recomiendo completarlas porque son de un asesinato aislado en situaciones muy buenas. Al ser solo una persona, por lo general no tienes que destrozar a los masillas clónicos de turno. Esta es la mejor experiencia que tiene Saints Row.

He hablado sobre los bugs de conducción, pero también he tenido algunos de personas invisibles, iconos flotantes, rebotes tontos del protagonista, helicópteros locos, coches que frenaban solos, problemas de tráfico y algún que otro cuelgue del juego. Algunos han sido más problemáticos que otros. Algunas misiones han dependido de que las físicas me dejaran jugar diez minutos.

La experiencia que he tenido con el juego es una mezcla. Me ha parecido divertido, aun con todos y cada uno de los fallos que he mencionado, es un juego que te apaña las 20 horas que dura, que no vas a volver a jugar y que probablemente caiga en el olvido. La diversión es vacía, pero es diversión. Si vas a jugarlo tienes que saber lo que hay. Porque, al igual que mi protagonista en la historia, creo que el juego no encaja en el momento que le ha tocado vivir.

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