Once años después de destruir a Diablo en Diablo III y nueve desde la caída del arcángel Malthael en la expansión Reaper of Souls, se acerca el momento de volver a Santuario en Diablo IV. Los fans del RPG de acción que definió este género llevan años ansiosos por jugar al próximo título de Blizzard Entertainment. Tras una larga espera, este fin de semana podrá probarse la beta abierta de Diablo IV antes de su salida el 6 de junio.
Las hordas del Infierno se preparan
El fin de semana pasado Diablo IV celebró una beta abierta con acceso anticipado para aquellas personas que hubieran reservado el juego. Desgraciadamente, se formaron colas interminables a la hora de conectarse al servidor, lo que se tradujo en esperas de entre 60 y 80 minutos para entrar a jugar. Puede que Blizzard subestimara en parte cuántas reservas tendría Diablo IV, pero es que además, la compañía hizo una colaboración en Estados Unidos con la cadena de restaurantes KFC, en la que comprando un sándwich de pollo se obtenía un código para participar en la beta. Esto saturó aún más el acceso al juego, haciendo imposible jugar el viernes y parte del sábado. Recordemos que la semana pasada se trataba del acceso exclusivo a la beta, de modo que este fin de semana la compañía espera que las colas sean aún más grandes al estar abierto a todo el público. De todas formas, en ese anuncio también se encuentra un elemento esperanzador, ya que «el fin de semana pasado sirvió para calcular la capacidad de los servidores que será necesaria en esta ocasión». Mi recomendación es precargar la beta de Diablo IV en nuestro ordenador o consola, o esperar a la mañana del sábado y el domingo para intentar acceder al juego. Tanta expectativa está justificada, y es que como decimos, han pasado más de diez años desde el último título numerado de la saga Diablo. Si bien es cierto que Diablo II: Resurrected (la remasterización de Diablo II) salió en 2021 y Diablo Immortal (el controvertido juego de móviles) en 2022, estos no han hecho más que acentuar la demanda por una nueva entrega en la saga. Un dato: Diablo III superó los 30 millones de unidades vendidas, y Blizzard comprendió el mercado que existía en consolas. Desde ese momento, la compañía se ha asegurado de que todos los lanzamientos de la saga lleguen a Playstation, Xbox y Nintendo Switch. Para ello fue necesario importar las mecánicas de teclado y ratón de Diablo al mando, pero esta estrategia ha resultado exitosa para la compañía.
Un aperitivo de muerte
Quienes prueben la beta abierta de Diablo IV este fin de semana podrán elegir entre las cinco clases que ya están confirmadas para el juego final. La semana pasada sólo se podía elegir entre tres clases (de izquierda a derecha: bárbaro, hechicero y pícaro), pero en esta ocasión podremos usar al nigromante y el druida. Esta fase beta comprende desde el prólogo en que comienza el juego hasta el final del Acto I (las campañas de Diablo suelen dividirse entre cuatro y cinco actos). El nivel máximo que podemos alcanzar es 25, pero la rejugabilidad está presente por medio de coleccionar mejor equipo, probar todas las clases, aumentar el nivel del mundo o crear un personaje con muerte permanente.
Un género revitalizado
Desde que Diablo III se puso a la venta, el género de los juegos de rol de acción y la industria han cambiado significativamente. Tanto es así que el nuevo Diablo IV será de mundo abierto, y podremos visitar las zonas en el orden que queramos. Los entornos también han evolucionado, y podremos interactuar con escaleras, cornisas y brechas con las que antes no era posible. Aunque esta característica sí es novedosa en la saga Diablo, no es ninguna revolución para el género. Otros competidores como Path of Exile o Lost Ark ya permitían recorrer los escenarios de esta manera. Es decir, el paso generacional es llamativo entre Diablo III y Diablo IV, pero no tanto respecto a otros action RPG. Cabe destacar que los gráficos también han mejorado sustancialmente, y la interfaz se adapta al nuevo look menos cartoon de Diablo IV.
El complicado asunto de la monetización
Si hay algo que caracteriza a la industria en los últimos años, es que las compañías han tenido que aprender de sus errores. Cuando Diablo III salió a la venta, contaba con una casa de subastas en la que los jugadores podían comprar armas y partes de equipo a cambio de dinero real. Esta función generó muchos problemas, y Blizzard acabó por cerrar la casa de subastas en 2014. Si avanzamos hasta Diablo Immortal, la monetización habitual de los juegos para móviles también está presente. La ofensa llega hasta tal punto que se espera que los jugadores paguen dinero extra para obtener más botín al final de un nivel. Ya sabéis, el típico «paga 0’99€ para conseguir dos tiradas» o «mira este anuncio para revivir». Esto puede ser tolerable en un juego de móvil, pero es inaceptable en un juego que vale 70€ de salida. Los desarrolladores de Diablo IV han sido claros desde el principio, y en una de las actualizaciones trimestrales que han ido publicando durante la producción del juego garantizaron que ninguno de estos elementos estará presente en Diablo IV. En su lugar, los jugadores que lo deseen podrán comprar el pase de batalla (un elemento común en los juegos de hoy en día) o comprar elementos puramente estéticos en la tienda del juego. Los directores de producto analizan en gran detalle la filosofía que van a aplicar a Diablo IV en esa publicación, así que si os interesa el tema os recomiendo leerla.
Tanto si sois veteranos del género que se adentraron en las catacumbas de Tristán allá por 1997 como si queréis descubrir por qué este juego está generando tanto ruido, no tenéis más que descargar la beta abierta de Diablo IV que tendrá lugar del 24 al 27 de marzo antes de su salida el 6 de junio.
