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Redfall sale a la venta con numerosos problemas de rendimiento y una crisis de identidad

Todo fan de los juegos previos de Arkane (Dishonored, Prey) estaba ilusionado con el lanzamiento de Redfall, la última aventura cazavampiros en primera persona. Pese a que el juego ofrecía una premisa innovadora para el estudio (elegir entre cuatro personajes con distintas habilidades), Redfall finalmente ha salido este 2 de mayo y sus problemas se amontonan.

Para empezar, Redfall está recibiendo duras críticas de la prensa especializada. Aunque la mayoría de copias para su calificación se entregaron el jueves pasado, el juego ya tiene un 6 de media en Metacritic. Las notas de los usuarios son todavía peores, quedándose en un 2 sobre 10. El mayor inconveniente no ha sido la limitación a 30 fotogramas por segundo en su versión de consola (Xbox Series X|S), algo difícil de creer en la nueva generación. El verdadero problema de Redfall se encuentra en su identidad, y es que intenta ser Far Cry, Borderlands, Back 4 Blood y mantener la esencia Arkane: un simulador inmersivo con un excelente diseño de niveles.

Cuando Redfall fue anunciado en el E3 de 2021, el factor más novedoso para Arkane fue la posibilidad de jugar en cooperativo con hasta 3 personas. Se puede elegir entre 4 personajes jugables, cada uno de ellos con unas características y poderes diferentes. Esto supone un cambio frente a los dos personajes jugables de Dishonored 2. El peor aspecto del multijugador se encuentra en que el progreso solo avanza para el anfitrión de la partida, y los jugadores que se unan mantendrán sus niveles y equipo pero no avanzarán en su propia historia. Además, incluso si jugamos solos necesitamos tener conexión a internet.

Imagen: Bethesda Softworks

Al César lo que es del César: Arkane siempre cumple con un diseño de niveles sobresaliente. En Redfall están presentes algunos de estos elementos, pero no llega a la altura de los Dishonored. Podemos encaramarnos a un balcón para entrar a una casa, pero no es necesario comprometerse a una ruta específica. Los escenarios están meticulosamente creados, con una atención al detalle y una personalidad abrumadora. El pueblo de Redfall rebosa personalidad, con lugares fáciles de distinguir como un cine o la estación de bomberos. El problema llega cuando para liberar cada zona del mapa es necesario repetir el proceso realizado en las anteriores: asegurar un escondite, completar una serie de misiones y eliminar al vampiro menor de esa área. Esta repetición jugable recuerda a la de Mafia 3, y puede cansar rápidamente al público.

El sigilo brilla por su ausencia en Redfall. No existe una animación para eliminar silenciosamente a enemigos, por lo que lo habitual será entrar a todas partes disparando. Los enemigos humanos pueden morir con un par de balas, pero para acabar con un vampiro será necesario atravesarlos con una estaca o usar un arma de rayos ultravioleta. Aparte de las habilidades específicas de cada personaje podemos llevar hasta 3 armas equipadas simultáneamente, con la escala de rareza a la que nos tienen acostumbrados los looter-shooters de los últimos años. Puede resultar tedioso tener que cambiar de armas constantemente, pero también hay un elemento de personalización en poder crear las armas que se ajusten a nuestras preferencias.

Imagen: Bethesda Softworks

El lanzamiento de Redfall estaba siendo observado de cerca por todo el mundo, ya que se trata de uno de los primeros títulos en ver la luz tras la adquisición de ZeniMax por parte de Microsoft en 2021. La compra, que ascendió a 7.500 millónes de dólares, supuso la obtención de todos los estudios bajo el paraguas de ZeniMax (Bethesda, Arkane, id Software, Tango Gameworks…) para trabajar en primera línea con Xbox. Tras la salida de Ghostwire Tokyo y con Starfield asomando en el horizonte, Redfall se sitúa en un incómodo punto intermedio. Queda claro que el desarrollo del juego comenzó mucho antes que las negociaciones para la compra del conglomerado, como puede observarse en las declaraciones del director de Redfall explicando por qué el juego está hecho en Unreal Engine 4 y no en la última versión. No hay duda de que se están llevando a cabo diversos ajustes tras dicha adquisición, y los retrasos que provocó la pandemia del COVID-19 se suman a este período de aclimatación. Los más escépticos señalan inevitablemente los retrasos que han sufrido Starfield y el propio Redfall pero todavía es pronto para determinar la calidad que tendrán los nuevos títulos de Xbox Game Studios, ya que los ciclos de desarrollo no cambiarán hasta dentro de unos años. Aun así Redfall ofrece una aventura desenfadada en la que cazar vampiros, y si este estilo no casa con vosotros siempre podéis volver a clásicos como Dishonored o el más reciente Deathloop.

Redfall ha sido desarrollado por Arkane y publicado por Bethesda Softworks. Su precio de salida es de 69’99€ y también está disponible en el catálogo de juegos de Game Pass.

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