Jornada de parón para el CB Cuenca Femenino, a causa de la disputa de la Copa Ribésalat a la que no llegaron a clasificarse. No era el objetivo para las rojillas, en un año ilusionante en el que debutaban en la competición tras ganarse la plaza de ascenso en la cancha (como en otras tres ocasiones con anterioridad), y por fin aceptar subir a la máxima división regional.
El conjunto que entrena Alberto Almodóvar llega a este parón tras caer con rotundidad en la última jornada ante el Al-Qázeres Extremadura (37-74). En cualquier caso, este marrón en la temporada no debe empañar lo que está siendo una temporada muy positiva para ellas, puesto que al margen de los resultados y de que la tabla diga que han perdido más que ganado (4-6), la realidad es que salvo en la última jornada han sido capaces de competir hasta el final en todos. Solo los pequeños detalles y esos intangibles tan importantes en el baloncesto han hecho que el balance de victorias-derrotas tenga saldo negativo.
En cualquier caso, la adaptación de la plantilla (sin apenas cambios respecto a la que logró el ascenso) ha sido muy satisfactoria. Incluso se está viviendo la explosión de la pívot Daba Samba, cuyos últimos encuentros han sido fantásticos a la hora de liderar el juego interior de las conquenses, mientras que la capitana Sara Morillas no ha notado el salto de categoría para resultar decisiva en cada partido. La vuelta a las canchas tras lesión de su hermana Marta también ha ayudado a elevar el nivel competitivo de una plantilla muy compensada y con jugadoras que conocen y desempeñan su rol en la pista.
Actualmente, están fuera del descenso, por lo que el CB Cuenca Femenino está cumpliendo su objetivo para la campaña. Ambiciosas, quieren afianzarse en zona media de la clasificación para evitar sustos en la parte final de la 22-23. Ahora, tras recargar pilas, les tocará viajar en la undécima jornada, en un choque muy complicado al jugar en cancha del líder, un San Antonio Cáceres que lleva un balance de 8-1.
