‘El Sargal’ volvió a brillar el pasado sábado en el partido entre el Incarlopsa Cuenca y el Bidasoa Irun como no lo había hecho desde antes de la pandemia. Se volvió a ver la cara de los aficionados, muchos sin mascarilla al no haber restricciones, así como los abrazos y los besos. La Furia hizo que incluso en algunos momentos vibrara el pabellón conquense.
Se pudo ver a varios jugadores locales sorprendidos por la situación, a la vez que otros, que sí conocían ‘El Sargal’ en ebullición, sonreían al ver que el mal sueño ha quedado atrás, con él las tardes a solas en unas gradas vacías y con un pabellón que no asustaba a nadie entre los sonidos de los botes del balón y los silbatos de los árbitros.
De los pocos que conocían ‘El Sargal’ de la manera que se pudo ver el sábado estaban Samu Ibáñez, Hugo López, Thiago Alves, Nacho Moya, Martín Doldán y Pablo Simonet. El resto no sabía lo que era disfrutar como local de un partido y una afición así, por ello la celebración de los goles de todos los jugadores, incluso un tímido Joaquim Nazaré no se pudo reprimir a las circunstancias.
Y es que Cuenca vibra y disfruta con su Incarlopsa Cuenca, teniendo el sábado la suerte de poder repetir lo vivido ante el Ángel Ximénez Puente Genil, ya que cada partido que resta es una final, y ahora no es por no descender, ahora es por ir a Europa.
¡Que sigan sonando los tambores!