Martín Airel Doldán ponía el el 29 de mayo el punto y final a seis años gloriosos en el Incarlopsa Cuenca, donde ha vivido los mejores años del club con tres clasificaciones europeas, aunque no solo se lleva eso, se lleva mucho más: una ciudad encantada con el pivote, ser uno de los mejores jugadores que ha pasado por el equipo y numerosos amigos en cada rincón de Cuenca.
Pregunta: ¿Qué balance haces de estos seis años?
Respuesta: El balance solo puede ser positivo viendo los resultados deportivos y lo que he vivido personalmente. Siento que han sido seis años espectaculares consiguiendo que Cuenca se haya convertido en un club que luche por los puestos europeos, cosa que antes por una razón u otra estaba más abajo y eso es gracias al grupo de trabajo que formó Lidio, ya que fue espectacular. Nos hemos llevado como una familia y eso ha sido uno de los secretos de lo conseguido. Por todo ello me voy feliz, porque todo lo hemos conseguido a base de esfuerzo, nadie nos regaló nada.
P: Ha sido bonito poder vivir tres clasificaciones europeas para ti…
R: Espero que lleguen muchas más, que les lleguen más clasificaciones. Es una suerte enorme para mí, echo la vista atrás y pensar todo lo que hemos conseguido es algo que no se me olvidará nunca, lo tengo grabado con mucho cariño y mucho amor, porque yo nunca había logrado tanto tampoco.
P: Has terminado jugando lesionado, pero no te querías perder los partidos claves para que se clasificara el equipo…
R: No quería irme sin conseguir esa clasificación. Jugué con una rotura en el tendón del hombro, pero quería seguir aportando a este equipo. Desde febrero sabía que no iba a seguir y han sido meses muy especiales, porque vas sintiendo el olor a despedida, a muchos amigos que dejas, la ciudad, la gente, mi hermano; que ahora que lo pienso y miro atrás me doy cuenta que he compartido equipo con mi hermano, que he viajado con él, que he podido disfrutar cada entrenamiento y cada partido con él dándome indicaciones, esto es increíble.
P: Echando la vista a seis años atrás, ¿esperabas que se diera tu etapa en Cuenca así?
R: No esperaba que esto se diera así. Yo firmé un año con opción a otro, venía sin saber lo que podía pasar, pero la verdad que si miro para atrás y veo esta historia hubiera firmado por seis años directamente, porque fue todo increíble. Encima he tenido la suerte de compartir puesto con jugadores como Mendoza, Moscariello, Pozzer, Alvarito… Este último lo estoy viendo crecer un montón y para mí va a ser el futuro de este club.
P: ¿Cambiarías algo de tu estancia en Cuenca?
R: No cambiaría nada, me hubiera gustado que no hubiera llegada la pandemia y a ver qué hubiera pasado en esa segunda vuelta compitiendo en Europa, donde teníamos opciones de pasar de ronda. Pero no cambiaría nada más porque las derrotas nos hicieron aprender y las victorias las disfrutamos mucho.
P: ¿Con qué momento te quedarías?
R: Es muy difícil elegir un momento, porque cada partido en El Sargal es una fiesta. Vivir cómo te reciben, cómo se viven los partidos, cómo te despiden… Es complicado elegir, pero cualquier encuentro de Europa como el Rhein-Neckar, la final de la Copa del Rey en Alicante con nuestra gente o la primera clasificación europea ante el Huesca; me podría quedar con esos momentos.
P: ¿Qué es lo que más vas a echar de menos?
R: Creo que todo lo voy a echar de menos. La ciudad en general, la tranquilidad con la que se vive, la gente y el cariño diario, los entrenamientos con compañeros y amigos, el entorno de los viajes. Voy a echar de menos todo.
P: Viniste como un jugador que solo atacaba y has terminado defendiendo también…
R: Crecí mucho como jugador, por lo que agradezco mucho la oportunidad que me dio Lidio y todo lo que me enseñó. Venía de solo atacar, pero aquí también hay que defender. A mí me encantó coger ese rol y defender de dos y disfrutar de la defensa como se disfruta en Cuenca.
P: Volviendo de nuevo a la temporada. ¿Qué pasó en la primera vuelta y cuándo os distéis cuenta que podrías alcanzar Europa?
R: En la primera vuelta tuvimos dificultad en que se adapten los nuevos y generar esa unión de equipo quizás. Pensábamos que al final íbamos a ganar los partidos como sucedía años atrás, o se iban a dar los resultados para estar arriba, pero nos encontramos que de no poner todos el máximo no íbamos a llegar a ningún lado. Eso lo vimos en diciembre, cuando tocamos fondo cuando perdimos contra Burgos. Todos recapacitamos, hicimos autocritica y en enero éramos un equipo diferente, donde todo el mundo se mataba por entrenar y cambió todo. Lidio también cambió muchas cosas y la llegada de Nacho fue muy buena. A partir de ahí los resultados se comenzaron a dar y de golpe estábamos luchando por Europa. Lo cierto es que era muy difícil lo que conseguimos, y no nos lo creímos hasta el final.
P: No pudiste estar en la fiesta final, ¿lo echaste de menos?
R: Me fastidió perderme la fiesta, pero lo tenía todo organizado y al poner el partido el domingo ya no podía hacer nada. Pero bueno, lo disfruté como pude y cada minuto del partido y el final. Tras ello tocaba disfrutar del viaje con mi novia y viajar hasta Argentina. Ahora estoy analizando todo y me encuentro super contento.
P: ¿Te gustaría volver algún día a la ciudad y trabajar para el club?
R: Me encantaría, me encanta como ciudad, como club y ojalá se diera para volver.