En León siguen sorprendidos y agradecidos a la afición del REBI Cuenca, la cual se desplazó en masa a animar a su equipo y dejó una imagen preciosa e imborrable, es más, creo que muchos leoneses serán un poco del Ciudad Encantada a partir de ahora.
Los conquenses dieron color, sonido y buen rollo a su primera cita en la Copa Plenitude Asobal, pese a saber que la empresa era imposible, ya que tocaba el Barça en semifinales, no dejaron por ello de ir a ver y animar al REBI Cuenca, terminando el partido con una escena que nadie olvidará, donde jugadores, cuerpo técnico y afición fueron una sola parte, con aplausos por ambos lados y con el reconocimiento del resto del Palacio de los Deportes de León, que estaban entre sorprendidos y emocionados por lo que estaban viviendo.
El deporte, y más concretamente el balonmano en Cuenca se vive así, a muchos les puede sorprender que tras perder contra el Barça la afición te agradezca el esfuerzo y lo vivido, pero no es cuestión de querer o poder entender lo que es un sentimiento que te hace dejarlo todo durante un fin de semana, irte con tu familia o grupo de amigos hasta cualquier ciudad a cualquier coste y de cualquier forma. Un sentimiento que va mucho más allá del deporte, es el amor a un club y a todo lo que le rodea.
El Ciudad Encantada y Cuenca pueden estar más que orgullosos de lo que han hecho este fin de semana y todo lo que han transmitido en una copa en la que son los otros campeones y donde juveniles e infantiles también han demostrado que hay cantera para seguir con este proyecto en sus respectivas Minicopas.
El sentimiento de la Furia Conquense, del resto de afición, de cada uno de los jugadores que han pasado y que están en Cuenca y el ‘Uno Di Noi’ de Lidio Jiménez y del presidente Isidoro Gómez, va mucho más allá del deporte.