El polideportivo El Sargal abarrotado, con muchas personas de pie detrás de la última barandilla. La afición dejándose la voz y el alma detrás de cada jugada, guiada como siempre por la Peña ‘Furia Conquense’, la mejor peña de la liga Plenitude Asobal. La cita era para hacer historia y el REBI Cuenca no la desaprovechó frente a un rival que se jugaba la permanencia, el Frigoríficos Cangas. Al final, 31-27 y el equipo de Lidio Jiménez se clasificó por cuarta vez para jugar la EHF y, también muy importante, para marcar una posición final en la liga que será difícil, imposible no hay nada, con ese como mínimo tercer puesto, pero dependiendo de él para ser segundo. Todo ello como consecuencia, también, de lo bien que lo está haciendo la directiva que preside el médico Isidoro Gómez.
Tras las emociones vividas, tras el logro conseguido, no era extraño ver al conquense Lidio Jiménez emocionarse en plena comparecencia ante los medios informativos. No hay que olvidar que Lidio nació deportivamente en este club, siendo jugador del filial cuando más joven y ejerciendo labores de entrenador, primero como ayudante del gran Zupo Equisoain y, después, llevando las riendas del primer equipo. Su trabajo se ha plasmado en una trayectoria envidiable, de luchar mantener la categoría a luchar por ser segundo de la clasificación, el primero después del intratable Barça, y volver a jugar en Europa.
En cuanto al partido, Lidio Jiménez se mostraba muy contento. “Hemos hecho un partido muy serio. Habíamos hablado de que era un encuentro con muchas emociones, por la despedida de algunos jugadores, y de la importancia de los puntos en juego y había que controlar la energía que había en el ambiente de El Sargal y, sobre todo, había que jugar muy bien defensa. Nos costó acoplarnos en defensa en el primer tiempo, pero cuando lo hemos hecho, sin locuras hemos jugado como debíamos jugar este partido porque lo importante era ganar”.
Por todo ello, el técnico del REBI Cuenca se mostraba “muy orgulloso de cómo hemos conseguido la victoria, del trabajo realizado, de seguir el plan del partido como estaba previsto, incluso cuando las cosas no salían como queríamos y muy orgulloso también de cómo se han comportado los jugadores. Lo importante es cómo lo hacemos, somos un equipo grande porque siempre jugamos igual y eso es muy importante para un entrenador porque el equipo sabe a qué tiene que jugar”.
El conjunto conquense refleja a estas alturas de la temporada un punto de madurez que antes no tenía. Se notó cuando, después de ir ganando de seis, en la recta final del encuentro el conjunto gallego se puso a tres goles, pero a los conquenses no les tembló la muñeca. “Ya les dije que eran los jugadores los que tenían que ganar el partido y la responsabilidad había que compartirla entre todos y en esos momentos críticos del final hay jugadores que tienen experiencia de haber jugado olimpiadas o mundiales que saben qué hacer, aunque las cosas no les salgan en un momento concreto. Pero me quedo con que toda la gente ha aportado, hasta los que estaban en el banquillo. La temporada es muy larga y no le puedo poner un pero a nadie, del que ha jugado muchos minutos al que no, todos están en la onda positiva. Por eso hay que valorar el nivel en el que estamos. El Cangas, al que deseo que no desciende, viene de empatar con el Granollers que va a jugar la final de la EHF, y nosotros estamos compitiendo con el Granollers y con el Bidasoa que está realizando una segunda vuelta espectacular. También con el Ademar, con el Logroño, equipos que han pintado la cara a más de uno en Europa, y estamos compitiendo con ellos lo que indica la gran temporada que estamos realizando”.
El entrenador del REBI Cuenca no olvida la respuesta de la afición. “Creo que hemos recuperado la magia del Sargal que había antes de la pandemia porque los jugadores han hecho que, con su forma de jugar, la gente se contagie y vuelva otra vez a disfrutar del balonmano en Cuenca”.
Y ahora, tras este triunfo, falta una jornada en la que depende el conjunto conquense de sí mismo para ser subcampeón de liga. La sensación de Lidio Jiménez no podía ser otra. “Pues que estoy muy orgulloso de todos, de los jugadores, del cuerpo técnico, de los fisios, de la directiva, de Isidoro, de todos porque es un trabajo de todos, todo el mundo aporta y todo suma para hacer una temporada así. Por supuesto, también estoy muy orgulloso de la afición, de la Peña ‘Furia Conquense’, pero también de la gente normal que se sienta en su localidad y ha disfrutado este. Esto es un grito para decirle a Cuenca que hay que apostar por el balonmano y para que se tome en serio un nuevo pabellón porque nosotros sí vamos en serio. Es la pena que me queda, que todo va creciendo y, lo que tiene que crecer, no crece. Seguimos como hace cincuenta años y creo que el equipo está llamando a la puerta y dice ‘queremos un pabellón en condiciones. Sí es verdad que, lo de esta temporada, será muy difícil de repetir, hay que ser realistas, por eso les dije a los jugadores que hay que disfrutar del momento porque muchos llevan tiempo en Asobal y nunca habían estado donde hoy están. Vamos que, estoy orgulloso de todo el mundo y, de mí, también (se emociona en pleno mensaje) porque han sido muchas noches sin dormir y mucha tensión acumulada”.
El último partido de la liga para el REBI Cuenca será el próximo sábado en Torrelavega, pero el entrenador del conjunto conquense, de momento, tiene otro pensamiento. “Ahora nos toca disfrutar del momento y de lo conseguido que es histórico. Que los chicos disfruten, volveremos a trabajar el martes y entonces empezaremos a pensar en el Torrelavega con la idea de que tendremos que ir a ganar, pero de momento toca disfrutar”.
Estas son las palabras de Lidio Jiménez, un conquense que está haciendo historia en el equipo de su tierra y al que habría que empezar a valorar en toda su dimensión.