El paso de la Vuelta Ciclista a España por cualquier localidad es un evento extraordinariamente llamativo que despierta el interés de los habitantes de la misma. Este año volvió a hacerlo por Cuenca, con un final de etapa de esos que merece la pena ver y disfrutar. Ver pasar al pelotón por el casco histórico de esta ciudad patrimonio de la humanidad es algo que pocos quieren perderse por lo que Cuenca se echó a las calles para ver como el ciclismo se echaba a las calles de Cuenca. Una vez más, el entorno urbano se fusionó con el deporte dejando una estampa inolvidable para los conquenses.
Bien es cierto que el paso de la Vuelta es fugaz y que los ciclistas pasan a velocidades de vértigo. Pero la espera de los aficionados hasta su llegada para poder alentarles y darles el recibimiento que merecen forma parte del ciclismo y es lo que hace tan grande a este deporte.
Lo que no todo el mundo sabe es que, tras ese vertiginoso paso, hay horas de trabajo previo y gran cantidad de capital humano dejándose la piel para que sea posible. Cerca de 3.000 personas se desplazan de etapa en etapa, de puerto en puerto, de ciudad en ciudad, montando y organizando el dispositivo y las infraestructuras. El centro de operaciones, el podio, las metas volantes, la meta final… Nada de eso estaría ahí sin el duro trabajo de personas sin nombre que están ahí para hacerlo posible. Incluso la seguridad a cargo de Policía Nacional y Guardia Civil corre a cuenta de la Vuelta que desplaza a destacamentos propios de los cuerpos del Estado durante toda la carrera.
Desde las 7:00 horas los motores de los camiones se encienden y los operarios se ponen manos a la obra. Hay que colocar las vallas que señalan el último kilómetro, levantar el trust de meta, montar el podio, la zona de prensa, los puestos de merchandising… porque no solo de bicicletas va la Vuelta. Hasta más o menos las 17:00 horas no llega el pelotón a Cuenca, pero el trabajo ya está hecho y solo queda desmontar para ir a la siguiente parada. Una rutina diaria por toda la geografía española que no sale por la televisión y que no todo el mundo conoce.
El desarrollo de la Vuelta Ciclista a España requiere de una visión en 360º para conocerlo al completo sin pasar por alto los entresijos. Cuando vemos pasar a la cabeza de carrera por Cuenca, la ciudad lleva ya horas paralizada y dispuesta para el evento. Unos minutos de etapa en la ciudad y varias horas de trabajo. El pelotón lleva más gente que la que va montada en una bici.