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Mario Gómez: «Somos el equipo de Cuenca y siempre nos reciben con ganas de tumbarnos»

Once finales le quedan por delante al Vivo Cuenca para conseguir su ansiado ascenso a Segunda División. Llegan a esta jornada de descanso con seis puntos de ventaja sobre el Sierra San Vicente, su rival directo, y sus jugadores ya han comenzado a hacer promesas ante un objetivo factible que acarician cada vez más de cerca. Algunos lo celebrarían con tatuajes o viajes y otros, como Mario Gómez, realizando el Camino de Santiago.

El portero está completando una temporada impoluta, con actuaciones más que destacadas bajo palos e incluso participando en el juego ofensivo del equipo. Recuerda su mejor partido en el Sargal ante UDAF Afanión, sumando dos goles a su casillero particular. Del equipo destaca la veteranía, su refuerzo en la faceta defensiva y el mantenimiento de su garra ofensiva. A nivel individual, declara haber mejorado con los pies y se enorgullece de poder participar en el ataque del Vivo Cuenca con su saque. Hablamos con Mario Gómez del transcurso de una temporada de ensueño para un club que espera escribir su nombre en el estrellato del fútbol sala conquense.

Una temporada muy positiva para el equipo, que llega líder a esta jornada de parón con seis puntos de ventaja frente al segundo. ¿Qué sensaciones tiene el equipo de cara a las once jornadas que quedan?

El año pasado ya quedamos terceros y este año el objetivo que se perseguía desde el principio era mínimo igualar la pasada temporada. Con el paso de las semanas nos hemos dado cuenta de que el trabajo nos ha puesto arriba y que lo del año pasado no fue casualidad, sino que el equipo rinde bien y que nos faltaban tablas en la categoría. Hubo jornadas más complicadas y cuando encadenábamos resultados adversos nos costaba levantarnos. Este año, cuando el partido iba en nuestra contra, el equipo ha sido capaz de darle incluso la vuelta al marcador, tirando de veteranía en este tercer año en Tercera División.

Como comentabas, el año pasado ya quedasteis terceros. ¿De qué manera ayuda que la plantilla se haya mantenido en bloque con respecto a la temporada anterior?

Es una de las grandes características del equipo. La mayoría de los jugadores provienen de fútbol 11 y hemos necesitado unos años para adaptarnos al deporte. Conocernos casi todos te ayuda mucho por el hecho de que sabemos las cualidades y los defectos de cada uno y trabajamos para potenciar ventajas y limar los defectos en la pista. Salvo la incorporación de Cacha y los chicos que suben del filial, como Moset o Juan, somos los mismos del año pasado.

Desde el principio partíais como favoritos y el objetivo era el de ascender. ¿Era esto una presión extra o no os ha condicionado?

Era un poco de presión añadida. El año pasado Moral era un equipo muy superior y al desaparecer Alarcos por temas económicos, el tercero éramos nosotros. Sabíamos que equipos fuertes como Sierra San Vicente iban a mantenerse ahí y también sabíamos que vendrían equipos muy fuertes, como era el Balazote. Nos ha sorprendido el caso de Azuqueca, con un equipo bastante potente. La presión ya la teníamos el año pasado y este año nos estamos encontrando la misma sensación al ver que somos el equipo de Cuenca (que está más lejos para el resto) y que siempre nos reciben con ganas de tumbarnos. En este papel de líder, la presión nos la ponemos nosotros a diario.

Comentabas este año la importancia de ganar tablas. Habéis sabido sobreponeros a los problemas. Solo habéis recibido una goleada en toda la temporada (0-6 frente a Olías) y contestasteis con otra goleada (7-1 ante Tembleque). ¿Trabajáis este año la fortaleza mental?

Yo creo que sí. Nunca he tenido un entrenador como Manolo, es muy diferente porque es amigo de toda la plantilla. Nos mantiene a todos unidos. Todos los años nos pasa que tenemos un partido “tonto”. Además, en ese partido vimos un accidente muy grave y desagradable. Durante el encuentro fallamos cosas que no nos pasan normalmente. Fue algo que nos afectó y ese sábado el equipo no estuvo. Además Olías es muy fuerte y nos pasó por encima. Esa derrota nos dolió mucho y contestamos a la jornada siguiente. De hecho, en las últimas jornadas solemos encajar poco. Llevamos tres porterías a cero y es algo de lo que estar muy orgullosos porque era uno de nuestros grandes defectos. El equipo marca mucho, pero el año pasado también encajábamos mucho y era algo a mejorar.

 Tres porterías a cero, algo muy complicado de conseguir en un deporte tan dinámico como el fútbol sala. ¿Qué importancia tiene para ti dar esta seguridad a los compañeros atrás?

Es muy importante para mí. Valoro más terminar el partido con portería a cero que marcar un gol. Es una sensación maravillosa porque es muy difícil y por muy flojo que sea el rival, en cualquier despiste te pueden marcar. Los defensores son fundamentales, pero los jugadores mas ofensivos también están apretando para defender desde la primera línea. Es un ejercicio coral muy importante. 

La seña de identidad del equipo es el gol y aunque tu cometido es que no os marquen, también has dado asistencias e incluso has marcado. ¿Cómo te definirías como portero teniendo en cuenta tu versatilidad?

Lo que me diferencia es mi saque, muy potente, lo que facilita a mis compañeros la ofensiva y nos puede dar un plus en ciertos momentos del partido. El juego con los pies es lo que peor llevo. Luego a nivel de coordinación no paro de dar órdenes para colocar a los compañeros. También me define la experiencia porque jugué en 2.ª B, campeonatos de España y de Europa universitarios… Todo esto te hace ayudar al equipo desde atrás.

A lo largo de la temporada hemos visto que eres un portero muy solvente. A lo innato se suma el trabajo. ¿Cómo entrenas para ir mejorando temporada tras temporada?

He mejorado en la experiencia y en el juego de pies porque así me lo ha pedido también el entrenador. Estos años he trabajado la técnica y la memoria muscular fuera de los entrenamientos. Trabajaba movimientos aislados muy importantes a la hora de aplicarlos al juego.

Ya hemos comentado que el equipo ha ganado en experiencia este año. ¿En qué ha mejorado en cuanto al juego?

Hemos trabajado la parte mental. Antes nos metían dos goles y nos veníamos abajo. Ahora por la experiencia, la posición y el trabajo de Manolo el equipo ha sabido sobreponerse a situaciones difíciles. Nuestras fortalezas eran el gol y la habilidad, que siguen potenciándose. Es importante ahí la figura de Cabrero, que nos da un juego más dominante y con más salidas que antes no teníamos y que dependíamos más del desborde de «Valen» o «Cerzi».

Habéis afrontado los tres parones de la temporada (Halloween, Navidad y ahora esta jornada) como líderes. ¿Cómo vivís estos descansos desde el primer puesto?

Hay jugadores que acumulan muchos minutos y este descanso les viene bien. También tenemos a Cerzi lesionado desde noviembre y ahora parece que va a empezar el proceso de recuperación a partir de la semana que viene. Aunque es verdad que después del parón nos queda la salida más difícil en Valdepeñas. Tienen jugadores muy buenos y al final son el filial de un equipo de Primera División. Pero el parón nos viene bien para desconectar, descansar y recuperar jugadores lesionados.

En solo cuatro años del club, ya conseguisteis un ascenso y estáis a punto de alcanzar otro histórico para el fútbol sala conquense. ¿Sois conscientes en el vestuario?

Depende de a quién preguntes. Yo soy más precavido, pero tengo muchas ganas de ascender porque el anterior ascenso fue fantasma al ser el año de la pandemia. No tuvimos ese partido triunfal y el destino nos debe una celebración. Lo tenemos muy en la mano, pero no nos confiamos porque quedan partidos muy complicados y Sierra no falla. El equipo es consciente de que es una realidad presente, pero todos tenemos ganas de celebrar un ascenso como Dios manda.

 

 

 

 

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