Si bien los focos del Sargal deberían centrarse en todos y cada uno de los jugadores, sin duda podría ser recordado por la actuación del meta cordobés Mario Gómez. En caso de dar un premio MVP al partido se lo llevaría el guardameta con seguridad, con el que habrán soñado todos los jugadores del Ciudad de Móstoles al convertirse Mario en un auténtico gigante bajo los palos. Paró de todos los colores, en todas las posiciones, desde lejos, de cerca, con paradas de colocación, otras de reflejos… Y por si fuera poco, detuvo dos penaltis en la tanda para dar el pase a los suyos a una tercera ronda.
«No tengo palabras, en muy pocos escenarios imaginábamos pasar de ronda, para nosotros estar aquí era el premio después del varapalo del año pasado», reconocía el portero a pie de pista al terminar el encuentro. Y es que, eliminar a un Segunda B y de la calidad del Ciudad de Móstoles -se quedó a un paso de ascender a Segunda División- parecía una quimera. «Es una muestra de que el equipo debeería estar en Segunda B. Pelearle de tú, remontarle y aguantar la prórroga, hacerles sufrir y eliminar en penaltis, con el pabellón lleno… no tengo palabras», continuaba su discurso el meta.
En este sentido, tenía palabras de agradecimiento tanto para sus compañeros como para el público: «se han vaciado todos». Y para el equipo, esta victoria les llena de energía después de afrontr la Copa del Rey «con muy mal sabor de boca tras el empate en Azuqueca». Por eso, el vestuario «estaba jodido», pero han sabido afrontar el choque.
Mario Gómez señalaba que «nos lo podíamos tomar como un premio por jugar ante un Segunda B, o jugar de tú a tú», y desde luego que eligieron la segunda opción. «Al principio lo hemos pasado mal, pero cuando ha entrado el gol de Valen ha cambiado todo el ambiente», indicaba Mario Gómez en relación a cómo se desarrolló el partido. Así para él, «en la segunda ha sido creer, creer y creer, y desgastarnos hasta el final».
Personalmente, reconocía que «lo he pasado muy mal en los últimos meses, mental, física y psicológicamente». El meta, que ya se había clasificado en tres ocasiones con anterioridad para la Copa del Rey, en esta ocasión lo ha disfrutado más tras perderse la primera ronda. «Para mí, jugar era liberarme. He cumplido lo que nos dice el entrenador, que disfrutemos».
Contar con un equipo de Segunda División en una competición como esta, y si puede estar el pabellón aún más lleno. Hemos dado motivos para que la gente venga al fútbol sala, que nos ayude y vibre con nosotros. Intentaremos dar la cara