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Amiab Cuenca: deporte para todos

Luis Cano llega al pabellón polideportivo Yúfera Recuenco uniformado con su sudadera de Amiab, la misma que porta en sus carreras como deportista patrocinado por esta entidad. Pero, en esta ocasión, no viene para hablar de sus logros en el ciclismo adaptado, ni para contar cómo gracias a él pasó de no poder levantar un vaso de agua a competir en copas nacionales, ni tampoco para confesar que sueña con llegar a unos Juegos Paralímpicos. Hoy, lo conocemos en su faceta como voluntario y monitor de las actividades de multideporte que organiza Amiab en Cuenca todos los miércoles de 18:00 a 20:00.

Aunque opera a nivel nacional, la asociación -orientada a la integración de personas con discapacidad y/o en riesgo de exclusión social-, plantó el año pasado en la capital conquense la primera semilla de un incipiente proyecto deportivo que ha conseguido echar raíces tan solo un curso después. “No teníamos expectativas porque no sabíamos cuántas personas iban a venir. Lo que sí fijamos era la finalidad del proyecto: acercar el deporte a personas con diversidad funcional, sin límite de edad y sin diferencias”, relata Arantxa Granero, coordinadora del proyecto deportivo en Amiab Cuenca.

Para adaptar la actividad física a las necesidades de los quince usuarios que actualmente se benefician de esta actividad, dividen los entrenamientos en dos grupos. El primero cuenta con un monitor por persona para atender las dificultades de cada uno de manera individualizada. Llegan a ellos acunados por asociaciones como ATELCU (Asociación del Trastorno Específico del Lenguaje en Cuenca), APACU (vinculada al autismo), COCEMFE (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica) o ADOCU (trabajando con personas síndrome de down) en busca de una terapia alternativa con el deporte como aliado.

Así trabaja Arantxa con Fran,  TEA (Trastorno del Espectro Autista) y superactivo. La entrenadora prepara rutinas cíclicas con ejercicios que despierten su motivación para conseguir el premio al finalizar la clase: “Cada día quiere una cosa, entonces si hoy Fran quiere conseguir, por ejemplo, que le dé el rey león, tiene que meter tres canastas”.

En el grupo más numeroso se encuentran aquellos que cuentan con la autonomía suficiente como para cumplir órdenes, aprender normas de juego y, sobre todo, asistir a entrenamientos pautados y reglados en diferentes deportes, entre los que destaca sin duda el baloncesto. Con este exhaustivo seguimiento, los progresos se convierten en el indicativo óptimo para afirmar que el trabajo bien hecho da sus frutos. Arantxa recuerda el caso de Sergio, con Trastorno del Espectro Autista: “No tiene lenguaje, pero con ayuda de Luis se desenvuelve muy bien. Utilizamos con él tarjetas y pictogramas para comunicarnos. Empezó el año pasado y ha progresado un montón. Llegó sin saber botar el balón y ahora lo hace sin ninguna dificultad”.

Otra de las veteranas del grupo es Sara De la Fuente. También zigzaguea la línea de conos que su entrenador Luis les ha marcado como paso previo al tiro a canasta: “Antes de esto no hacía nada de deporte en Cuenca. Me gusta porque me lo paso bien y me divierto, además los profesores son muy simpáticos. Este año somos más que el año pasado y me lo paso mejor”, cuenta esbozando una sonrisa y botando la pelota, la misma que el pasado año aborrecía y que este ha conseguido convertir en su fiel compañera de entrenamiento cada miércoles.

Aunque Sara reconoce que no disfruta de la competición, algunos de sus compañeros deseaban poder vestirse con la camiseta de Amiab y subirse a lo más alto del podio. No habrá que esperar mucho para que muchos cumplan este sueño: será posible el próximo mes de abril en Albacete, cuando el primer equipo de atletismo adaptado de Amiab Cuenca participe en el campeonato regional. Han escogido este deporte para introducirse en el mundo de la competición por varios motivos: “El año pasado, todos los que vinieron a las actividades de multideporte tenían discapacidad intelectual, no física, uno de los requisitos para competir. Además, es un deporte individual y pueden participar todos. Nos gustaría probar con baloncesto, pero en la discapacidad intelectual es más difícil meter reglamentos y trabajo en equipo”.

Luis y Arantxa se encargan de entrenar a este grupo de ocho corredores, el primero preparado por Amiab Cuenca para competir a nivel regional. Ambos cuentan con un bagaje que les permite tomar el timón de este barco. Cano ha competido y volverá a la competición en breve y Arantxa entrenó también a la sección especial del club Natación Cuenca.

El velero «atletismo Amiab Cuenca» ya ha abandonado la orilla y ahora navega cada lunes y jueves de 18:00 a 20:00 en las pistas de Luis Ocaña rumbo hacia la competición: “Les hace mucha ilusión competir porque sus beneficios, además del sacrificio, la dedicación y todo lo que conlleva estar en un club, se quedan a un lado este año para que tengan ese primer contacto, conozcan gente y también este deporte más a fondo”.

Y es que el aprovechamiento del deporte inclusivo va más allá del plano de la salud y el bienestar físico: “Para mí, lo más importante es que consigan autonomía y también relacionarse con otros a través del deporte. Además, una persona con discapacidad intelectual, si no hace ejercicio, acaba teniendo problemas físicos”, afirma Arantxa, alma mater de este proyecto, con más corazón que formación y más esfuerzo que técnica, que han conseguido equilibrar en la balanza los pesos del deporte, los valores y la inclusión social.

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