Desde que el pabellón se inaugurara en 2010, lo cierto es que el Bosque de Acero se ha convertido en un auténtico problema para la sociedad conquense. Su elevado coste (ocho millones invertidos) y la intención de que se convirtiera en un sitio emblemático de la cultura y ocio conquense han supuesto un lastre tremendo que todavía no ha podido verse compensado. Más allá de alguna exposición, congreso o la exhibición de la Copa del Mundo ganada por España precisamente ese 2010, lo que se esperaba que fuera un «espacio multiusos que puede albergar desde conciertos hasta fiestas pasando por teatro, talleres, exposiciones o pequeñas ferias» —así lo publicó el propio Ayuntamiento en su página web cuando se inauguró- se transformó en un auténtico dolor para las instituciones y una, por qué no decirlo, vergüenza para la ciudadanía por el dinero que costó una instalación inacabada y poco funcional.
Pero puede haber ganado una nueva vida y utilidad a raíz de la Copa de España de Velocidad y Bloque que se va a disputar el próximo 20 y 21 de mayo. Desde la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) se enamoraron de este imponente edificio de cristal y acero, porque vieron en él la posibilidad de realizar el evento (que en otras ciudades también han intentado hacerla en su núcleo urbano, como por ejemplo en la Plaza Mayor de Madrid). Tanto es así que, una vez surgió la posibilidad de desarrollar esta copa en la instalación, ya no se manejaron otras posibilidades.
Habrá que esperar al 20 y 21 de mayo para ver el nuevo aspecto del Bosque de Acero como rocódromo, seguramente uno de los usos menos esperados cuando se ideó su creación, pero puede que sea la posibilidad de revitalizar el espacio. Desde la FEDME y la organización de la Copa de España lanzaron un órdago en la presentación de la Copa de España: ¿por qué no convertirlo en un rocódromo fijo? Una pregunta y solicitud que no cayeron en saco roto, puesto que el vicepresidente de la Junta, José Luis Martínez Guijarro, rápidamente les respondió que hablarían en los próximos meses para que la relación entre FEDME y Cuenca no sea cosa de un día.
Sea como fuere, el uso deportivo que se le va a dar al Bosque de Acero puede ser una solución para dar vida a un edificio muerto.