Sutileza para contar historias delante de la cámara, para sumergirse en sus personajes y bucear por sus sentimientos. Javier Muga sabe muy bien lo que significa nadar a contracorriente en el complicado mundo de la actuación y los rodajes. Puede que esas tablas que hoy demuestra en su carrera profesional las adquiriera ya en su etapa como nadador.
Amante de los deportes de agua, comenzó a practicar natación desde que era pequeño: “Puede que tenga una relación especial con el agua. Suelo nadar tanto en la playa como en las piscinas e intento entrenar, aunque ahora de forma más amateur”. La natación fue su mejor aliada a la hora de afrontar la escoliosis que le detectaron en la adolescencia: “Me dijeron que para que no fuera a más era necesario mantener el deporte y, sobre todo, la natación, que es bastante completa”.
Su estilo pendiente es el nado a espalda: “Era algo traumático para mí”. Por ello disfrutaba más del crol, la braza y, sobre todo, del buceo: “Siempre me decían que era bastante pez porque me gustaba mucho bucear. Además, tengo bastante resistencia y era mi parte favorita”.
El director del Festival Internacional de Cine de Comedia de Cuenca (FICCUE) comenzó a competir a nivel de Castilla-La Mancha tras entrar al Club de Natación de Cuenca. En su palmarés guarda varias medallas regionales, aunque reconoce que fue justo en la edad óptima para competir cuando decidió abandonar la disciplina: “La verdad es que cuando estaba en un momento clave lo dejé. Son cosas de las que me arrepiento”. El sacrificio de un deporte tan duro sumado a las muchas horas de entrenamiento a la semana hicieron mella: “A esa edad lo que más te apetece es hacer cosas con tus amigos y tu familia, sin hacer algo tan protocolario”.
Pasar tiempo con los amigos le animó a apuntarse a la escuela de piragüismo de Cuenca cuando tenía 16 años. Mantuvo lo acuático como motor de su vida deportiva, aunque cambió el interior por las aguas abiertas: “Recuerdo el piragüismo como algo muy entretenido porque hacíamos competiciones regionales dentro del club en el río Júcar todos los fines de semana. Me gustó bastante”. Tanto le enganchó remar sobre el turquesa de la hoz que decidió sacarse el carné de árbitro: “Estuve dirigiendo algunas competiciones de maratón como árbitro aquí en Cuenca. Me gustaba porque éramos muchos y depende de la zona había unos compañeros u otros. Disfrutaba de los sábados y lo recuerdo como una etapa bastante chula”.
Dos años estuvo el artista en el club hasta que tuvo que continuar su camino en Madrid por tema de estudios. Entonces abandonó los deportes de agua y por comodidad el gimnasio marcó su rutina deportiva: “Iba a la sala de máquinas y comencé a hacer ciclo indoor con la bici, pero he notado que la rodilla me fastidiaba un poco y dejé el tema del deporte de impacto”.
Reconoce que su vínculo con la actividad física ha ido moviéndose según marcaba su particular marea: “Depende de la etapa fui dejado el deporte y ya era algo más de fin de semana, cuando me iba al campo o jugaba con los amigos”. Aunque ha tenido tiempo para practicar otros deportes: En judo llegó hasta el cinturón amarillo naranja con 11 años. Por tradición familiar, siempre ha practicado tenis: “Iba a clases particulares al extinto club Serranía, pero cuando jugaba lo hacía con familia y amigos. Mis padres siempre han hecho mucho deporte también”.
Y aunque ha hecho sus pinitos en otras disciplinas como el golf, no llegó a engancharse y volvió a zambullirse en la piscina. Ahora continúa realizando sus rutinas en el gimnasio y, con su mascota, aprovecha para pasear y practicar calistenia, realizando ejercicios con su propio peso: “Además, para desconectar del trabajo, aunque ahora estoy hasta arriba, intento escaparme y hacer natación”.
Inmerso en el FICCUE, que tendrá lugar en Cuenca del 26 al 29 de abril, saca tiempo para no abandonar el deporte de manera completa, algo que nunca ha hecho ni haría: «Siempre me han fomentado desde pequeño que el deporte era muy importante para la salud, el desarrollo y liberar y coger energía«. Mientras tanto, continuará nadando entre proyectos artísticos, buceando en nuevos papeles y remando entre bambalinas para que la gran fiesta de la comedia arranque sonrisas y risas a todos los asistentes.