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Javier Belinchón: “Las artes marciales como el Kung-Fu son un complemento para hacerte mejor persona”

Lleva décadas dedicado a la enseñanza del Kung- Fu en Villar de Olalla, su pueblo natal, y ha conseguido trasladar al club del municipio al olimpo de la disciplina a nivel nacional no solo a base de podios, sino también de la organización de campeonatos. Javier Belinchón aglutina en su particular palmarés dos exhibiciones, dos campeonatos interprovinciales Cuenca- Toledo y dos campeonatos nacionales.

El próximo tendrá lugar el 22 de abril en el polideportivo del municipio y ya se encuentra rematando los últimos retoques: “Un evento como este campeonato requiere de muchos pequeños detalles. Es verdad que el mecanismo del campeonato ya está muy engrasado, muy pulido”. Son capaces de movilizar a casi 200 deportistas en menos de hora y media, con tres pruebas de unos 40 segundos de media cada una: “La generalidad del campeonato no se cambia porque funciona correctamente. De hecho, muchas veces nos han felicitado por la mecánica que llevamos”.

Y es que si de algo puede presumir el maestro de las artes marciales es precisamente de los campeonatos que coordina con tanto mismo, esfuerzo y originalidad: “La gente me dice que nunca ha estado en campeonatos de España como los que hacemos en Villar de Olalla. Los campeonatos son trofeos y medallas, pero yo intento que no solo sea eso, aunque sea dar un pequeño detalle para el público. Son eventos más pomposos”.

Tras más de dos meses de preparación, hay un sinfín de aspectos para tener en cuenta que Belinchón enumera: “carteles, dípticos, invitaciones a las autoridades, centros de mesa, cáterin, las impresoras para los resultados, botellas de agua, medallas, trofeos, folios para apuntar los tiempos, pegatinas de los participantes… Son mil detalles”. Entre todos ellos se encuentra también el diseño del cartel. Este año además con aires renovados, pues ha decidido utilizar la Inteligencia Artificial y, en un programa, ha insertado los elementos básicos de las artes marciales chinas: el yin y el yang, un dragón y un luchador. El resultado es un llamativo y abstracto cartel que a pocos deja indiferente.

En este periplo no está solo, recibe la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha aportando merchandising y el patrocinio del ayuntamiento de Villar de Olalla: “Me respaldan al cien por cien, en lo económico y en el apoyo humano”. Agasajan así a los clubs llegados de los distintos puntos de la geografía nacional: “La mayoría de los equipos son de Cuenca, Toledo, Albacete, Madrid, Canarias… Galicia siempre nos manda participantes, porque ellos tienen federación propia de Kung-Fu, que es la más potente de España”. Queda pendiente la confirmación de los equipos de Valencia y Castilla y León: “Sobre todo mantenemos relación con Burgos, que se sacan las titulaciones con nosotros, aunque luego no suelen venir a competir”.

Belinchón destaca también el carácter afable de público y participantes. En cuanto a los asistentes, el respeto desde la grada es máximo: “No pitan a nadie y aplauden a todos. También es un poco por la modalidad de deporte que tenemos, más de promoción e igualitario, que no separa por sexos ni peso, solo por edad y cinturón”. Además, entre competidores y profesores han creado una pequeña familia: “Aunque sean de estilos diferentes compartes un mismo deporte que tiene los mismos valores. Es un ambiente bastante distendido”.

Aún recuerda con nostalgia la primera vez que organizó un evento de estas características en Villar de Olalla. Fue una exhibición en el antiguo frontón del municipio. Desde entonces el Kung- Fu se ha arraigado en el pueblo gracias a su tesón y ahora es el único deporte de continuidad en la localidad: “Tenía tanta ilusión para que hubiera Kung- Fu en mi pueblo… Y que la gente dijera: “¿Kung-Fu? ¿En Villar de Olalla? Qué raro”. Pues no, no es raro. Siempre me ha motivado que en mi pueblo yo pudiera llevar algo”. Por sus clases han pasado casi el 80 % de los niños del municipio, convirtiéndose en maestro de las artes marciales y también de parte de la vida: “Yo ahora llevo hijos de mis primeros alumnos de Kung- Fu y para mí es una satisfacción. El Kung- Fu en Villar de Olalla, a diferencia de otros pueblos, no ha desaparecido porque mantengo esa ilusión y soy de aquí”.

Y vaya si ha logrado mantener viva la llama del Kung-Fu, esa que sustenta a base de valores como la disciplina y el respeto: “Las artes marciales son un complemento para hacerte mejor persona, algo que nos da salud y disciplina. Puedes afrontar la vida de una manera más segura y tranquila. Utilizas más la palabra que el tema físico”. Así forma a sus alumnos, inculcándoles las proezas que ha recibido en su formación, cada vez más profesionalizada con el paso de los años: “Hemos podido hacer nuestras clases más técnicas, sabemos enseñar mejor y eso lo reciben nuestros alumnos. Incluso hemos aprendido la filosofía del Kung- Fu, que es más oriental, enfocada a ser buena persona». 

El Kung- Fu crece en la provincia y en la comunidad y por ello se plantean incluso la creación de una federación propia: “Nosotros estamos ahora en la Federación Madrileña de Lucha, que tiene un departamento de Quo-Shu que rellenamos nosotros”. La disparidad de estilos y la unión de Guadalajara con Madrid hacen, de momento, inviable este proyecto, en el que se encuentran trabajando en la actualidad.

Pase lo que pase, Belinchón continuará impartiendo Kung-Fu, formándose como maestro y organizando campeonatos. Todo ello siempre bajo la premisa de la disciplina pero también del compañerismo, el trabajo, el sacrificio y la firmeza que enseña, transmite y ejecuta en cada una de sus clases en el Wu-Tao Villar de Olalla, club que fundó hace ya casi 30 años.

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