Tercera cita ajedrecística del año en Tarancón, en esta ocasión con motivo de las Fiestas y Ferias de la localidad, las cuales tuvieron lugar una semana antes. Como en los anteriores torneos, buen ambiente, mucha participación de niños y jugadores llegados desde múltiples localidades (Santa Cruz de la Zarza, Madrid, Villacañas, Arcas, Cuenca, El Acebrón, Horcajo de Santiago, Ocaña, Mota del Cuervo, Uclés y Rivas).
El torneo, en medio de una temperatura agradable y buena sombra gracias al amparo de las nubes, se pudo jugar en el exterior. El favorito, y más después de sus últimos triunfos en este torneo, era Javier Haering, de Santa Cruz de la Zarza. En el ranking le seguían Rubén Alonso (que compaginaría su desempeño en el tablero con su labor como organizador) y Ellian Lissette Fermín (jugadora dominicana afincada en Horcajo de Santiago). De los tres, Javier cumplió con nota: hizo 6 de 6, apuntándose un nuevo triunfo en tierras de la Mancha Alta… aunque como verán más adelante, esta historia podría haber sido muy diferente ya que en esta ocasión Haering se alió con la diosa fortuna, que vino a visitarle en la ronda 4.
La primera ronda, como suele ser norma habitual, se vivió sin sobresaltos, de hecho fue demasiado plácida para los primeros del ranking, ya que lograron triunfos cómodos y muy rápidos. Sólo hubo una excepción: Ellian Lissette sufrió de lo lindo en el tablero 3 ante el sub 14 Hugo Sánchez, tenía un peón de ventaja pero no encontraba la forma de progresar en una posición en la que su rival estaba bien asentado, y todo esto con apuros de tiempo… que terminaron pasando factura a Hugo, al que finalmente se le cayó la bandera.
En esta ocasión la segunda ronda fue muy similar a la primera: ninguna sorpresa y victorias cómodas para los 10 primeros del ranking, por lo que poco se puede añadir. El tercer envite supuso un cambio de dirección, hubo enfrentamientos más complicados y algunos de los favoritos comenzaron a ceder. Ellian Lissette no pasaba del empate ante Javier Raboso, mientras Rubén Alonso se quedaba algo pasivo en una posición igualada, lo que a la postre le pasaría factura al ir cediendo metro a metro hasta terminar perdiendo el punto completo ante el madrileño Juan Fernández. Esta última partida puede tener interés en cuanto a distintos conceptos sobre finales.
La cuarta ronda tuvo gran importancia en el desarrollo del torneo. La primera partida que parecía tener visos de decantarse era la del primer tablero, pero no a favor de Javier Haering, sino a favor de un desatado Antonio Garrido que estaba dominando con absoluta claridad a su rival. La posición de las negras era directamente para abandonar, mientras Antonio ya jugaba relajado en una situación placentera, lo que tal vez le hizo bajar la guardia y pasar por alto un mate que ni siquiera llegó a analizar.
Esto es un simple caso de Amaurosis scacchistica, un término del latín que significa «ceguera ajedrecística» y que fue acuñado por el Dr. Siegbert Tarrasch hace más de 100 años. Tarrasch, tan extraordinario en el tablero como malhumorado fuera y dentro de él, se refería a esas jugadas calamitosas en las que uno de los jugadores se olvida por completo de una amenaza seria y realiza una jugada inconveniente. Hay decenas de casos entre Grandes Maestros, así que creo que todos hemos pasado por ello alguna vez… y más de una. Antonio se tomó su Amaurosis con humor, aunque seguro que pensó si esta dolencia se iba a curar pronto o reaparecería en el siguiente torneo.
La frustrada victoria de Antonio Garrido le hubiese dejado en cabeza junto a Juan Fernández, por lo que sus opciones de haber acabado en primer lugar hubiesen sido grandes, la fortuna no estuvo de su parte en esta ocasión. Juan Fernández fue el otro jugador que logró salir de la ronda 4 con pleno de victorias, lo que consiguió tras derrotar a Francisco David Vaca en una curiosa partida en la que una torre blanca quedó totalmente inutilizada durante buena parte de la misma al estar encerrada y no poder moverse. Esto parecía que decidiría la lucha, pero el negro permitió la creación de dos peones pasados y enlazados que dio emoción al final de la partida (los programas, a pesar de la torre «muerta», daban igualdad o próximo a la igualdad). Sin embargo, finalmente Juan pudo aprovechar la «ventaja material» que le proporcionaba la torre atascada de su rival y neutralizar a los dos peones pasados. En la mesa 3 Rubén Alonso se rehacía de su derrota al vencer a Ellian Lissette de forma clara, por lo que se reenganchaba al torneo.
Una de las características más interesantes del ajedrez es que jugadores que todavía se encuentran en la niñez pueden competir contra adultos, aspecto que en otros deportes nunca podría ocurrir. Y no sólo competir, en ocasiones incluso pueden hacerlo en condiciones de igualdad si el pequeño tiene las suficientes dotes. Una prueba de esto la vivimos en Tarancón con Jaime Raboso, de sólo 8 años de edad, que tras perder en la primera ronda contra Francisco David Vaca logró encadenar cuatro triunfos consecutivos que le catapultaron hasta la mesa 4 en la última ronda. Por el camino venció al sub 14 Jorge de la Mata, que estaba haciendo un buen torneo hasta ese momento, y, sobre todo, logró derrotar a Antonio Garrido en la quinta partida.
La dificultad de estos logros salta a la vista, el ajedrez es un juego en el que se van aprendiendo diversos mecanismos con el discurrir de los años y las partidas, por lo que casos como el de Jaime son sobresalientes y demuestran talento y mucho trabajo detrás. Jaime es, por derecho propio, la gran promesa del ajedrez en la provincia y está llamado a pelear por los distintos campeonatos de Castilla-La Mancha como antes lo hicieron Víctor Fernández o Miguel Ruiz.
Las partidas de las primeras mesas fueron finalizando con rapidez: Javier Haering recuperó el tono y venció a Juan Fernández, dejando el torneo casi visto para sentencia al llegar con 5 de 5 a la última ronda. En la mesa 2 Rubén Alonso era sorprendido por Ángel Cámara, por lo que decía adiós a cualquier posibilidad de luchar por el primer puesto. Una victoria de Rubén hubiese dado emoción a la última ronda, ya que se hubiese enfrentado a Javier Haering. Supongo que para Rubén no es sencillo compaginar su labor de organizador con su desempeño como participante, siempre se ve obligado a llegar tarde a cada ronda y debe estar pendiente de cualquier detalle que ocurra en las demás mesas; incluso durante el comienzo de una de las rondas concedió una entrevista a un medio local. Desde estas modestas líneas quiero llamar la atención sobre la importante labor de los organizadores y en concreto sobre la de Rubén, una persona que siempre realiza su cometido con amabilidad y una sonrisa… y sin errores.
De este modo se llegó a la última ronda, en la que Javier Haering, con 5 de 5, tenía casi asegurado el triunfo, ya que sus perseguidores, un nutrido grupo de 6 (Ángel Iniesta, Juan Fernández, Antonio Aparicio, Ángel Cámara, Jaime Raboso y Luis Jiménez), estaban a un punto de distancia. En el tablero 1, en una partida muy igualada, Luis Jiménez se embarcó en un arriesgadísimo sacrificio de dama ante el líder del torneo; Javier meditó durante un rato, mucho más de lo que suele hacerlo, y terminó aceptando el sacrificio ya que parecía que no llevaba a nada claro, como así ocurrió… de este modo sumó su sexto triunfo del día, volviendo a llevarse el trofeo de ganador gracias a un ajedrez rápido, ágil y siempre incisivo. En el tablero 2 la ventaja en el medio juego era para Ángel Iniesta, por lo que Ángel Cámara decidió complicar la posición con un sacrificio contra el enroque rival. El sacrificio parecía dudoso por el simple hecho de que las negras iban a tener serias dificultades para ir incorporando piezas al ataque, ya que por el momento sólo la dama merodeaba cerca del rey blanco. Sin embargo, sólo quedaban 4 minutos en el reloj de ambos jugadores y Ángel Iniesta, demasiado ensimismado en encontrar la forma de reorganizar su defensa, se olvidó por completo de esta circunstancia, llegando su reloj a cero sin que se percatase de ello. En el tablero 3, Juan Fernández vencía en un final de damas y pocos peones que parecía destinado a tablas, pero los finales de dama suelen esconder sorpresas y tras el cambio de damas quedó claro que las blancas iban a lograr coronar de forma imparable. Para Juan Fernández fue la segunda plaza tras haber jugado con mucha solidez durante todo el torneo, logrando alguna victoria de mérito, mientras que el tercer lugar fue para el taranconero Ángel Cámara.
Destacar que Jaime Raboso firmó unas tablas en la última ronda ante su padre Javier, lo que le sirvió para finalizar en un sensacional cuarto puesto con 4,5 de 6… sobran los comentarios. El quinto puesto fue para el sevillano, afincado en Tarancón, Francisco David Vaca, muy combativo durante toda la tarde, habiéndose enfrentado a jugadores de la parte alta de la tabla en todas las rondas.Entre los jóvenes volvió a destacar Íker Pampín, que finalizó 12º con 4 puntos, manteniéndose en las primeras mesas durante todo el torneo.

Arriba: Rubén Alonso, Javier Haering, José Víctor Hontana (Concejal de deportes), Juan Fernández e Íker Pampín
Abajo: Edgar Martín, Laura Iniesta y Jaime Raboso