La temporada concluyó para el Club Rugby A Palos/Roteman Albacete. El combinado conquense-albaceteño lo hizo de menos a más, con una victoria en la final del playoff del grupo B que sirve para dar energía a un proyecto que pretende dar guerra en un futuro y, por qué no, luchar por subir a la Primera Territorial. Las de Cristian Luján han sido capaces de mejorar prestaciones a lo largo de la campaña y han conseguido poner un broche de oro a este curso 22/23.
Y es que las conquenses doblegaron el pasado sábado en la final de los playoffs al CR Monastil Elda. No fue fácil, ya que el conjunto alicantino se dejó el alma para sacar algo positivo de Cuenca, si bien las conquenses no se arrugaron y plantaron cara a su contrincante en un choque marcado por la dureza y por lo físico. Todas las jugadoras lo dieron todo y dejaron en la retina del espectador un encuentro muy exigido, decidido por pequeños detalles. Y es que a la dureza del partido hay que añadir que locales y visitantes solo pudieron contar con un recambio, por lo que con el paso de los minutos el juego se fue haciendo más ‘pesado’ a causa del cansancio de las jugadoras.
No empezó bien el choque para las conquenses, ya que el CR Monastil Elda ya ganaba por 0-7 a los siete minutos de juego. Un ensayo de Isabel Fuentes y posterior transformación de Gloria Quesada las obligaba a remontar, aunque solo tardaron ocho minutos en poner las tablas a 7 fruto del ensayo de María Ladrón y la transformación de Claudia Mejía. En el 28′, el A Palos/Roteman se ponía por delante después de un ensayo de castigo y, al borde del descanso, Tatiana Aguirre ensayaba para las conquenses colocando el 19-7, pero reaccionaron las visitantes para irse al descanso con resultado de 19-17 tras dos ensayos de María Teresa Lara.
En la segunda parte, la igualdad fue la tónica y ninguno de los equipos era capaz de culminar sus ataques, con la zaga siempre preparada para abortar cualquier acometida. Atenazaban los nervios y eso se notaba en el juego, hasta que la calidad local hizo mella y Tatiana Aguirre, con un nuevo ensayo y posterior transformación, sentenciaba el choque en el 60 para establecer el definitivo 26-17.
De esta manera se proclaman campeonas del grupo B y cierran la temporada con una victoria de relumbrón que sirve para demostrar que el rugby femenino en Cuenca está más vivo que nunca.