El fútbol de categorías no profesionales , desde benjamines a juveniles, debería ser una herramienta para formar chavales y hacerlos crecer en el mundo del fútbol. Pero en Cuenca, el fútbol de categorías inferiores se ha convertido en una guerra de equipos, en un auténtico juego de tronos. Y es que la actividad futbolística está estructurada en torno a 3 grandes equipos que tienen unos intereses y que anteponen los suyos propios a los de los jugadores. La lucha entre Conquense, San José Obrero y Cuenca es ya más una pugna por ser el gallo del corral que por la formación de jugadores y esto fomenta que no haya un librecambio de futbolistas sino que se les haga estar ligados a un equipo llegando en ocasiones incluso a retenerlos.
Ya se han dado bastantes casos de jugadores a los que se les ha pedido dinero para irse a un equipo o incluso apartarles de la plantilla y retenerles sin poder marcharse.
El objetivo no debería ser la satisfacción personal del club en cuestión sino la formación futbolística en vista de que algún día jugadores puedan tener alguna oportunidad en el fútbol profesional.
Si un jugador pretende irse a un equipo situado en una categoría superior y con más opciones para desarrollar su virtud futbolística ¿por qué no se le va a dejar marchar?
Es irrisorio ver como algunos de los altos mandos de los clubs que estuvieron implicados en la retención de algún jugador, se apuntan posteriormente el tanto cuando finalmente consigue llegar a algo. No hacen falta nombres, solo quien se dé por aludido.
No hay nada más satisfactorio que ver que Cuenca aporta jugadores a grandes equipos y que hay fútbol más allá. Los clubs conquenses deberían pensar lo mismo y otorgar la oportunidad de crecer por mínima que sea a todos. Que a ejemplos como Iván Rubio, Adrián Alarcón, Adrián Gómez o Cristian Toboso se puedan unir otros tantos más y engrandecer el fútbol conquense.
Pero para eso hay que dejar esa guerra absurda de clubs y colaborar. El objetivo es la formación, no la deformación de jugadores.
Faltan profesionales a cargo de las direcciones técnicas de los clubes.