Diecisiete años después -y sin contar todos los años anteriores como aficionado-, el ciclista conquense José Herrada se baja de la bicicleta. El mediano de los Herrada -que no mayor, ya que además de Jesús tienen otro hermano mayor llamado Fernando y que rozó el profesionalismo en el ciclismo- decidió retirarse este año y, después de la Vuelta a España, ha puesto punto final a su trayectoria en este deporte, al cual pretende seguir ligado en el futuro y a través del cual ha puesto Mota del Cuervo y Cuenca en el candelero.
La carrera de José Herrada es toda una oda al trabajo, al sacrificio y a la pasión. Porque solo así se puede entender todo lo que ha hecho por el ciclismo. A sus 37 casi 38 años (nació el 1 de octubre de 1985), ha tenido una extensa trayectoria y poco habitual en un deporte que suele devorar a los deportistas mediada la treintena. Hasta en eso ha sido diferente el ciclista moteño, puesto que ha decidido retirarse a una edad longeva, pero es que empezó con solo 21 años cuando tampoco solía ser lo típico en su época (en la actual sí que los grandes ciclistas debutan en torno a los 20 años, pero entonces solía ser sobre los 25 y la plenitud se alcanzaba en torno a la treintena).

Hablar de José Herrada es hablar de uno de los mejores escaladores españoles de los últimos años, como también de uno de los mejores compañeros de equipo. No obstante, ha llegado a ser elegido mejor gregario del pelotón internacional (en 2013 por el prestigioso medio Ciclismo Internacional) y su papel como compañero de viaje de los líderes de equipo ha permitido, por ejemplo, que Nairo Quintana o Alejandro Valverde cosecharán algunos de sus éxitos en el Movistar Team, o Guillaume Martin y su hermano Jesús en el Cofidis.
En sus 18 años como profesional ha pasado por cinco equipos: Viña Magna-Cropu (2006 y 2007), Contentpolis (2008 y 2009), Caja Rural (2010 y 2011), Movistar Team (2012 a 2017) y Cofidis (desde 2018 hasta la actualidad). Y en todas las escuadras ha brillado, ha asumido el papel que le correspondía y, también, ha logrado victorias. Por ejemplo, en su segunda temporada con el Viña Magna-Cropu (2007) logró una victoria en el Tour del Porvenir, en 2010 con Caja Rural se llevó la sexta etapa de la Vuelta a Portugal además de la general y una etapa del Cinturón del Ampurdán, mientras que con el Movistar Team se llevó la Klasika Primavera en 2015. Sin embargo, con el Cofidis fue con el equipo en el que más cerca estuvo de llevarse una etapa de las ‘grandes’, al quedar tercero en la quinta etapa de 2019.
Gracias a su compañerismo y generosidad, pasó de ser un ciclista fiable en las grandes vueltas (llegó a ser 12º en la Vuelta a España de 2012) a ser un gregario de lujo, con la misma fiabilidad que había demostrado anteriormente. Porque el conquense tiene una dilatada trayectoria en carreras de tres semanas (cinco Giros de Italia, un Tour de Francia y nueve Vueltas a España) con una estadística difícilmente repetible: solo no terminó una. Un dato a tener en cuenta y que todo director de equipo valora al poder contar con un ciclista que es capaz de superar caídas, malos días, enfermedades y toda clase de adversidades para ayudar a quien corresponda. De hecho, la única vez que no acabó (Vuelta a España 2022) fue a causa del coronavirus y le retiraron obligado.

También ha podido disfrutar de las mieles de la selección y en 2013 fue elegido por Javier Mínguez para disputar el Mundial que se celebró en Florencia, aunque no finalizó en una cita muy recordada entre los aficionados al ciclismo a causa de la ‘guerra’ entre Purito Rodríguez y Alejandro Valverde (segundo y tercero respectivamente) que acabó con el oro a favor del portugués Rui Costa.
Otro de los premios que se lleva en su trayectoria es poder compartir equipo con su hermano Jesús. Desde que este saltara al profesionalismo directamente al Movistar Team (en 2011), ambos han militado en la misma escuadra e incluso cuando se marcharon de los azulones negociaron en conjunto su fichaje por el Cofidis. Solo la extraordinaria carrera de Jesús ha sido capaz de apagar ligeramente el brillo de José, puesto que, puede, en Cuenca no estemos valorando lo suficiente todo lo que ha hecho José Herrada a lo largo de su trayectoria, quizás eclipsados por las victorias de su hermano y por un mundo que vive más de la inmediatez que de la reflexión.
Lo cierto es que pasarán los años y será complicado que la provincia de Cuenca dé un ciclista de la calidad y el trabajo de José Herrada. Él, siempre guerrillero, no se ha quedado solo en la bicicleta. Más allá de ser un voz autorizada dentro del ciclismo, ha sido clave para que se construyera un velódromo en Mota del Cuervo y, ahora, podrá disfrutar de ello así como de otros proyectos. Porque, no olvidemos, esta misma semana tendrá lugar la I Marcha Hermanos Herrada, en la que han conseguido que 500 personas se apunten a una cita que ya forma parte del calendario de la federación nacional. Sería bonito que en esta Marcha Hermanos Herrada se le dé la despedida que se merece.
Gracias por todo, don José Herrada López.