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Lo que no se vio del Campeonato de España sub 16 de Federaciones Autonómicas celebrado en el Luis Ocaña

Casi diez horas de competición entre las jornadas del sábado y el domingo, unos 850 deportistas sobre el tartán, diecisiete comunidades autónomas (más Ceuta y Melilla), 42 pruebas, reparto de más de 100 medallas… Son algunas de las cifras que deja el Campeonato de España sub 16 por Federaciones Autonómicas que se ha celebrado este fin de semana en Cuenca, después de año y medio después de que fuera elegida como sede. Decía el alcalde Darío Dolz (presente durante buena parte de la jornada del domingo en la instalación deportiva) en la presentación de la prueba que esta cita podía ser considerada la más importante, a nivel deportivo, que ha acogido Cuenca en los últimos años y, quien se acercara por el Luis Ocaña, así lo habría atestiguado. Porque los focos y las cámaras terminaron centrándose en lo más importante: los deportistas. Pero la cita dejó otras muchas instantáneas y protagonistas.

Hay un primer error de bulto al hablar de este campeonato, y es que, a diferencia de lo que se podría pensar, esta cita deportiva no arrancó a las 15:30 horas del sábado. Porque un día antes ya se pudo vislumbrar por la ciudad la presencia de algunos combinados y el sábado por la mañana, el Casco Antiguo de la ciudad era un hervidero de turistas, muchos de ellos ligados con la cita. De igual manera que tampoco terminó a las 14 horas de este domingo, porque a lo largo de la tarde y gracias al Puente del Pilar, todavía había más turistas rezagados procedentes de este Campeonato de España sub 16 por Federaciones Autonómicas.

Otro aspecto muy llamativo fue ver el Bosque de Acero lleno de vida, más allá de periodos concretos como la Feria y Fiestas de San Julián. Reconvertido a un parking, en torno a una veintena de autobuses más múltiples coches, y con un área de restauración lleno en todo momento que coincidía con la prueba, esta zona de la ciudad no presentaba el aspecto destartalado y ‘tristón’ al que desgraciadamente nos hemos acostumbrado los conquenses. Y es que no hay nada como el deporte para revitalizar una ciudad y, en este caso, una instalación deportiva.

Porque ese es otro punto a destacar: ¡cómo lucía el Luis Ocaña! Después de casi tres décadas, por fin puede presumir de una competición de gran calibre y, sobre todo, haber estado a la altura. Porque el Luis Ocaña ya ha tenido otras citas que recordar (por poner dos ejemplos en los que las gradas estuvieron llenas: en su campo se jugó el debut de la primera generación de futbolistas conquenses en la División de Honor, allá por la 01/02; también acogió la final de selecciones autonómicas sub 18 de rugby, en 2014), pero en ninguna tuvo tanta repercusión a nivel nacional ni durante tantas horas de competición como la vivida este fin de semana. Basta ya de que los conquenses nos boicoteemos continuamente y aprendamos a valorar lo que tenemos, porque podremos hablar de instalaciones deportivas de otros lugares, pero en un momento en el que tanto tienen que trabajar desde la corporación municipal para aderezar los pabellones y demás instalaciones, por lo menos que saquemos pecho por una de ellas. Los arduos trabajos de adecuación para que el Luis Ocaña acogiera este campeonato de España han valido la pena y, desde el inicio, se transmitió una imagen a toda España de vanguardia. Porque en ningún otro campeonato de España de atletismo se ha visto cómo una pantalla móvil (ubicada en la calle 4 para las pruebas de marcha) informaba a los participantes en lugar de los típicos marcadores, como también se informaba casi en tiempo real de tiempos, resultados o atletas premiados (una red wifi interna facilitó el trabajo en este sentido).

Es cierto que buena parte de la corporación municipal se dejó caer en algún momento por el Luis Ocaña (tanto del equipo de Gobierno como de la oposición, por no hablar de todo tipo de autoridades, incluyendo al presidente de la Federación Española de Atletismo, Raúl Chapado), pero había algunas personas más preocupadas que otras. Es el caso del concejal de Obras, Adrián Martínez, y uno de los grandes responsables para que el Luis Ocaña tuviera todas las mejoras necesarias para cumplir con lo que pedía la Federación Española de Atletismo. Vivió preocupado el inicio de la competición, fruto de los nervios de que todo estuviera perfecto; después se tranquilizó y disfrutó de la competición, consciente de que todo el esfuerzo había merecido la pena. Y prácticamente podríamos trasladar esta afirmación con el director de la prueba, juez árbitro y uno de los grandes culpables (si no el que más) para que esta prueba viniera a Cuenca: Esteban Mena. El conquense tuvo muchísimo trabajo y se le vio visiblemente cansado, pero a la par, disfrutaba de la competición y se mostraba satisfecho por cómo estaba saliendo.

Dentro de ese trabajo de información, funcionó a la perfección la megafonía. A los micrófonos se puso el presidente de la Asociación de Clubes Deportivos de Cuenca, Rafa Reyes, y al que ya se le ha visto en labores de speaker en otros eventos (quien sabe, Cuenca ya tiene en Miguel Romero la figura de Cronista Oficial de la ciudad; tal vez Rafa Reyes sea el indicado para ser nombrado el Speaker Oficial de la ciudad). Rafa Reyes se encargó de recordar periódicamente el protocolo sanitario, también de las pruebas que se disputaban, de los resultados de las mismas, de los atletas premiados, de cómo evolucionaba la clasificación de federaciones autonómicas… como también de animar a las gradas, de cantar los nombres de los participantes para que las gradas los vitorearan, incluso de elegir la música del evento (como anécdota, hasta ‘cedió’ a las peticiones de algunos atletas acerca de poner alguna canción de Aitana… que supuso un pequeño incidente con el streaming, al bloquearse por motivos de derechos de autor. Un pequeño parón durante breves minutos y que se solucionó casi al instante). A Rafa Reyes le acompañó uno de los atletas del Club Atletismo Cuenca, el fondista Sergio Córdoba, quien trasladó todos sus conocimientos para que el speaker pudiera informar a todos los asistentes del evento y, por cierto, fue capaz de adelantar el tiempo que haría su compañero de equipo, Álex Hontecillas (clavó el 4:27 que acabó haciendo el atleta), como también vaticinó una victoria de su compañera Mónica Guijarro (cuyo nervio se hizo notar después de lograr una prodigiosa victoria y, como los grandes deportistas, correteaba contenta por la grada después de ganar como si el triunfo hubiera sido una cosa ajena). Sergio Córdoba también fue el primero en vibrar con la medalla de bronce de Julia Pontones en los 300 metros valla, sobre todo cuando en la recta final una de las competidoras se trastabilló y, con ello, permitió que la conquense se alzara con el tercer puesto final. Como también estuvo muy atento al desempeño de Nara Pastor, Nicolás Cañizares o Sofía Mosquera (en estos dos últimos casos, incluso se atrevió a ejercer de fotógrafo en plena pista).

Y ya que hemos entrado en el terreno deportivo, si había personas felices en el Luis Ocaña eran los entrenadores del Club Atletismo Cuenca. Miguel Ángel Castillo y Alberto Fernández, uña y carne y fieles acompañantes de los atletas en cada una de las citas, vieron cómo su planificación rayaba la perfección en esa instalación deportivas que tantas y tantas veces han pisado (a veces criticando su falta de mantenimiento, últimamente nerviosos por la cercanía de la cita). No hay mejor premio para ellos que recoger en su casa, en su pista, en su ciudad, los frutos de su enorme trabajo. Y, por eso, dejaron aparcado el cansancio para lucir una enorme sonrisa durante el final de la jornada del sábado y todo el domingo. Mientras otros atletas de otras comunidades autónomas no podían rebajar sus marcas, los deportistas del Club Atletismo Cuenca fueron capaces en su mayoría de mejorar con creces sus marcas personales, así que sirvan estas líneas para alabar el trabajo del club. La alegría de Miguel Ángel Castillo y Alberto Fernández, sin olvidarnos de un Julio Torrecilla que es como un padre para todos, fue la alegría de toda la ciudad.

Pero es que el trabajo del club no se quedó en el plano deportivo, sino que aportaron en torno al medio centenar de voluntarios (entre entrenadores, atletas y socios) para que todo saliera bien. ¿Que había que colocar vallas rápidamente? Allí aparecía un sinfín de camisetas amarillas para colocarlas. ¿Que era necesario poner el penalty box y la pantalla móvil para las pruebas de marcha? Enseguida surgía un nutrido grupo de camisetas amarillas para hacerlo. ¿Tocaba la ceremonia de premiación de una prueba? En unos segundos, esas camisetas amarillas ponían el podio. Porque sin voluntarios, no hay competición posible.

Y ya puestos, este periodista hizo más funciones que las de informar de la mejor manera acerca del evento, ya que ejerció de paparazzi para captar los comentarios de las selecciones más cercanas a la zona de prensa. Y todos ellos fueron alabanzas para la organización y la instalación deportiva. No está mal que, aunque sea por una sola vez, nos sintamos orgullosos.

Enhorabuena a todos los que han hecho realidad que este Campeonato de España sub 16 por Federaciones Autonómicas se celebrara en Cuenca.

CRÓNICA DE LA PRIMERA JORNADA
CRÓNICA DE LA SEGUNDA JORNADA
GALERÍAS DE IMÁGENES

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